La primera propuesta para la celebración del Día Internacional de la Mujer se hizo en 1910, durante el Segundo Encuentro Internacional de las Mujeres Socialistas, donde fue planteado como un acto de solidaridad con las huelgas textiles que se celebraban en ese momento y por la promulgación del día nacional de la mujer en Estados Unidos.

El hecho puntual que se conmemora ocurrió el 25 de marzo de 1911, cuando más de 100 trabajadoras textiles, mujeres inmigrantes en su mayoría, murieron en el incendio de la fábrica de Triangle Shirtwaist de Nueva York, como consecuencia de las precarias condiciones laborales de las que eran presas.

Fue hasta 1975 que la ONU institucionalizó el día para conmemorar la lucha que han tenido que vivir las mujeres para acceder a derechos como la igualdad y el reconocimiento social.

Hoy millones de mujeres alrededor del mundo participaron en la jornada de protesta, manifestación y huelga que se citó en más de 170 países del mundo para reclamar que aún exista una brecha tan profunda entre la igualdad de género.

Una igualdad que no significa pisotear al hombre ni querer ser más que él, una igualdad que busca las mismas oportunidades y derechos salariales, pues aún las mujeres en todo el mundo en promedio ganan menos que los hombres al ocupar los cargos, una igualdad que le permita a las mujeres caminar libremente por las calles sin ser acosadas.

Para la doctora Norma Bejarano el Día de la Mujer debe verse como un apoyo a la lucha que han tenido que librar las mujeres para acceder a la equidad, el respeto y la tolerancia.

“No es un día para decirnos gracias por existir, es ilógico que nos feliciten por pertenecer al género femenino, lo que realmente se debe promover es la lucha que inició casi dos siglos atrás y que ha venido avanzando pero que aún tiene una profunda brecha, aún hay índices muy altos de violencia de género”.

En cuanto al feminismo indicó que no tiene nada que ver con opacar el poder del hombre sino de buscar igualdad en derechos humanos, sexuales, reproductivos, salariales, etc., por lo cual requiere una verdadera unión entre las mujeres para lograr visibilizar sus problemáticas.

“A nivel sexual debemos seguir protestando porque hasta el momento estamos falsamente liberadas, nos llaman con palabras despectivas como “zorras” “perras” cuando expresamos nuestros deseos sexuales, necesitamos mermar la violencia y eso inicia con dejar de atacarnos entre nosotras”.