La clave para adelgazar más mientras dormimos
Aunque nuestro cuerpo quema menos calorías cuando está durmiendo, un correcto descanso nos ayuda a mantener una dieta más saludable, pues incurrimos en menos atracones y nuestro cuerpo demanda menos azúcar y carbohidratos. Pero quizás dormir es aún más importante para adelgazar de lo que creíamos.
Hasta hace poco, se pensaba que el metabolismo basal de cada persona, esto es, lo que nuestro cuerpo necesita diariamente para seguir funcionando sin ningún tipo de actividad más allá de las funciones esenciales (las que quedan activas mientras dormirmos), sólo disminuía con la edad y la pérdida de masa corporal. Ahora un nuevo estudio de la Universidad de Iowa apunta a un importante actor que modifica de forma decisiva la cantidad de calorías que quemamos en reposo: la flora intestinal.
La investigación, publicada esta semana en la revista 'eBiomedicine', destaca el papel crucial que la microbiota juega en el balance energético y apunta (como ya han hecho investigaciones anteriores) a que la ausencia de bacterias esenciales para el funcionamiento de nuestro sistema digestivo puede conducirnos a sufrir sobrepeso y obesidad.
“Nuestra investigación llega a la conclusión de que probablemente la flora intestinal es responsable de las calorías que quemas mientras duermes”, explica el doctor John Kirby, profesor de microbiología de la Universidad de Iowa y autor principal del estudio, en la nota de presentación de éste. Y de una forma mucho más relevante de lo que se esperaba: los científicos calculan que una microbiota en mal estado puede hacernos engordar 13 kilos al año.
Dulces y (adelgazantes) sueños
Para estudiar el papel que juega la microbiota en la quema de calorías mientras descansamos, Kirby y sus colegas se centraron en los efectos que causa la risperidona, un conocido fármaco antipsicótico, en los pacientes que la toman. Este medicamento, que se usa para tratar varios desórdenes psiquiátricos como el autismo, el desorden bipolar y la esquizofrenia –y cuyo consumo se ha multiplicado por ocho en las dos últimas décadas– tiene un conocido efecto secundario: provoca un aumento significativo de peso en todas las personas que la toman.
En una investigación anterior, publicada en la revista 'Translational Psychiatry', el propio Kirby descubrió que la risperidona provocaba un importante cambio en la microbiota de quienes la tomaban. Ahora tocaba averiguar, como parecía, si esto era responsable directo del aumento de peso, algo decisivo, pues la composición de la microbiota puede variar por muchísimas más razones que la ingesta de este medicamento.
Los científicos dieron risperidona a un grupo de ratones que, como esperaban, engordaron en dos meses 2,5 gramos respecto a sus compañeros del grupo de control: el 10% de su masa corporal total. Entonces trasladaron la microbiota de los ratones medicados a otros ratones en perfecto estado, para comprobar que ésta era enteramente responsable de la ganancia de peso.
La población de microorganismos que convive con nosotros excede al número de células propias en una relación de 10 a 1, y es especialmente numerosa en el aparato digestivo. (iStock)
“Los ratones del grupo de control ganan sólo algo de peso con la edad, y su microbioma sufre un 'cambio saludable' debido al envejecimiento”, explica Kirby. “Con la risperidona, los ratones se vuelven obesos, debido al cambio menos saludable de su microbioma. Gracias a este estudio ahora conocemos el mecanismo por el que el cambio en la microbiota contribuye a la ganancia de peso, y es debido a un cambio en la tasa metabólica en reposo [una medida similar a la tasa metabólica basal, pero con un criterio menos estricto a la hora de realizar mediciones]”.
Parece, además, que el cambio en la microbiota tiene una influencia muy significativa. “Provoca un cambio de en torno a un 16% en la tasa metabólica en reposo, que es enorme”, explica Justin Grobe, profesor de farmacología de la Universidad de Iowa, coautor del estudio. “Esto causaría una ganancia de 13 kilos de grasa todos los años para un humano medio, el equivalente a comerse una hamburguesa con queso todos los días”.
Este hallazgo no sólo es importante para los pacientes que están tomando risperidona y otras drogas similares, sino también para encontrar nuevas formas para tratar la obesidad. Si la microbiota tiene tanta importancia en la ganancia de peso, se podría alterar ésta para adelgazar mucho más mientras dormimos.