Paupérrimo, mediocre y mísero, así es el rendimiento de Alberto Gamero en la dirección técnica del Deportes Tolima por lo menos en lo que va corrido de la temporada 2016.

El equipo sólo ha ganado en dos oportunidades y apenas dos puntos lo separan del peor del campeonato, situación que habla del vergonzoso momento por el que atraviesa el 'vinotinto' bajo la 'batuta' del entrenador samario.

Y es que si bien los 'Pijaos' han evidenciado una leve mejoría en su juego, a la hora de mirar la tabla de posiciones los resultados no aparecen, y de poco o nada sirve jugar bien si al final no se consiguien los puntos.

Mientras tanto, el estratega de la 'tribu' continúa "satisfecho" saliendo en las ruedas de prensa a destacar la labor de sus dirigidos, como si no viera que el equipo no gana, por ende no suma, y el campeonato sigue avanzando. ¿Acaso el reglamento de Dimayor establece entregarle un cupo en los cuadrangulares al club que nunca ganó pero que jugó bien?

No, la clasificación se logra con puntos, esos mismos que han sido tan esquivos para los de Ibagué.

Ahora, algunos 'acomodados' sin fundamento saldrán a decir que la culpa es de Serpa que dio un rebote, o de Marco Pérez que no la metió, o de Barrios que la regaló en la mitad, pero entonces qué hacer, ¿cambiar el equipo?.

Está claro que la cabeza visible de cada institución -por lo menos en lo deportivo- es el entrenador, quien además no es propiedad del club, como sí lo son la mayoría de jugadores del Tolima. Por tal motivo, es a él a quien le cae la directa responsabilidad.

Deportes Tolima va en caída libre pero su técnico se mantiene firme, así es el fútbol; vamos a llegar a la fecha 20 esperando porque "los resultados tienen que llegar", según Gamero, pero ¿cuándo?.