La crisis de la salud es financiera, aunque se paga, no alcanza, ANIF
El problema del sistema de salud es en esencia financiero, por lo que el gobierno debe evaluar soluciones prontas que garanticen la normal prestación de servicios revela un análisis de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF.
Los principales actores de la salud han advertido de manera reiterada que de no buscar correctivos, no hay forma de mantener una tasa de respuesta suficiente para los usuarios ante la creciente demanda.
Según el informe de ingresos y gastos publicado por la ADRES, con corte a agosto, la ejecución de recursos de la entidad va por buen camino consideró ANIF.
El reporte presenta que la entidad ha percibido ingresos que superan los $55,6 billones, que representa cerca del 60,5 % de los recursos del 2024. De este porcentaje, más del 60 % son de fuentes nacionales y locales, es decir, $37 billones, lo que deja un poco menos de $22 billones a cargo de los cotizantes.
Sin embargo, estos recursos deben cubrir compromisos por $61,3 billones, lo que resulta insuficiente al evaluar los diferentes usos del sistema. pues al tener destinación específica, cada uno tiene una apropiación inicial y un gasto asociado al mismo.
Esa insuficiencia en los recursos ha generado problemas evitables, como la descapitalización de las EPS, girar de manera tardía por la prestación de servicios, reasignar presupuestos, entre otras medidas, que afectan directamente a los usuarios.
Incluso, ante esta falta de pago, la ADRES ha tenido que acudir a la figura del giro directo a los prestadores, para que el flujo no se vea interrumpido, señala el centro de estudios económicos.
En ese sentido, los datos de la ADRES sugieren que el 58,5 % de la apropiación inicial ya fue ejecutada en los primeros ocho meses del año, y que aún falta utilizar $6,5 billones, distribuidos en la prestación de servicios al régimen contributivo y subsidiado, el renglón de incapacidades, reclamaciones y otros usos
ANIF advierte que el faltante de recursos genera presiones financieras sobre el sistema, que como se ha visto en el último año, se traduce en demoras en la atención de pacientes, restricciones en los medicamentos e interrupciones en los tratamientos por el aumento en los tiempos de espera.
Bajo este panorama, la discusión debe centrarse en la suficiencia de recursos, algo que se escapa al alcance de la ADRES.
El problema del sistema de salud es en esencia financiero, por lo que el gobierno debe evaluar soluciones prontas que garanticen la normal prestación de servicios. Los principales actores de la salud han advertido de manera reiterada que de no buscar correctivos, no hay forma de mantener una tasa de respuesta suficiente para los usuarios ante la creciente demanda.