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¿En qué estado se encuentra el cargo por confiabilidad en Colombia para 2024?

La pérdida de capacidad de las generadoras a las que se les asignó el cargo por confiabilidad en la subasta de 2019 es un asunto crítico que pone al país en una situación de vulnerabilidad energética.
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23 Oct 2023 - 17:21 COT por Ecos del Combeima

El cargo por confiabilidad es un mecanismo regulatorio diseñado para asegurar que el país nunca se quede sin energía eléctrica. 

Su función principal es proporcionar ingresos a los generadores de energía de diversas fuentes, incluyendo renovables, térmicas e hidroeléctricas con el fin de garantizar que estén disponibles cuando el país requiera de esta energía y así lograr que incluso en periodos de escasez, el país nunca se quede sin energía. 

Klik Energy, el primer marketplace de respuesta a la demanda de energía eléctrica en Colombia, explica cómo se encuentra el cargo por confiabilidad para el año 2024 y qué implicaciones tiene el aplazamiento de la subasta para la entrada de nuevos proyectos.

Con relación al estado actual del cargo por confiabilidad, el CEO de Klik Energy y experto en el desarrollo de mecanismos de respuesta de la demanda de energía bajo contextos regulatorios adversos,Esteban Quintana, afirma que se observa un panorama generalmente positivo en términos de su uso y funcionamiento. 

“Las empresas a las que se les asignó el cargo están recibiendo y utilizando sus asignaciones de manera efectiva para mantenerse disponibles en el suministro de energía. Actualmente alrededor del 60% de la generación proviene de fuentes hidroeléctricas, mientras que el 40% proviene de generación térmica, lo que indica que las plantas están cumpliendo con su función de respaldo, especialmente en el contexto del fenómeno del Niño que se está viviendo.”

Por otro lado, a pesar de que algunos usuarios han experimentado un aumento en el precio de la energía, no se ha registrado una falta de suministro eléctrico, lo que sugiere que el cargo por confiabilidad está cumpliendo su objetivo principal. Sin embargo, la principal preocupación radica en la necesidad de atraer nuevas plantas a través de la subasta de la CREG, dado que el sistema requiere una mayor capacidad de generación para el año 2024. 

Asuntos críticos

Sobre el tema, la presidenta de Acolgen, Natalia Gutiérrez, resaltó que del total de plantas nuevas asignadas en la subasta de cargo por confiabilidad en 2019, un 53% ha perdido su capacidad operativa. 

“Esta pérdida de capacidad, es un asunto crítico que requiere de atención inmediata, ya que esto pone al país en una situación de extrema vulnerabilidad, con menos del 5% de margen en caso de una mayor intensidad del fenómeno del Niño, lo que podría dejar al país dependiendo casi exclusivamente de la generación hidroeléctrica” aseguró la dirigente.

Para abordar esta situación, se necesita entender las causas detrás de la pérdida de esta capacidad y enfocarse principalmente en los desafíos relacionados con los permisos ambientales y sociales para que las generadoras puedan operar, sin comprometer la integridad de estos procesos. 

Es decir, es crucial brindar un mayor apoyo por parte del Gobierno a los agentes generadores para agilizar los trámites y darles prioridad, sin flexibilizar los requisitos para ingresar al programa. Además, en lugar de postergar la subasta, lo ideal sería adelantarla para atraer proyectos de generación que puedan entrar en operación rápidamente y brindar la seguridad energética que el país necesita. 

Esta medida se vuelve aún más crucial considerando que recientemente el precio de la bolsa ha superado el precio de escasez de activación. A mediados de octubre, los precios se han elevado a niveles cercanos a 1500 $/KWh, cifras que no se habían registrado desde el último evento del fenómeno del niño en 2015-2016.

En lo que respecta a las implicaciones de quedarse sin este respaldo, considerando que el sistema energético nacional está operando al máximo de su capacidad y el sector enfrenta una fuerte presión, en caso de que el fenómeno del niño que estamos viviendo tenga una larga duración y una alta intensidad, según Quintana, existe el riesgo de una grave escasez de energía, lo que tendría impactos negativos tanto en la economía como en los consumidores. 

“En primer lugar, podría aumentar el riesgo de racionamiento de energía y la posibilidad de quedarse sin suministro eléctrico debido a la falta de nuevas plantas generadoras. Además, podría influir en los precios a largo plazo al retrasar la entrada de proyectos renovables, lo que afectaría a los usuarios. También existe el riesgo de que inversionistas extranjeros  retiren sus inversiones debido a la incertidumbre, como ya lo hizo la empresa francesa EDF Renewables en un proyecto solar de grandes dimensiones en Girardot, lo que impactaría negativamente la financiación de proyectos” dijo Quintana.