El equipo periodístico de la emisora Ecos del Combeima realizó el recorrido por la cuenca del Rio Chípalo que nace en los cerros noroccidentales y posee una extensión urbana de 12.2 km. Son más de 100 barrios de las comunas uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y ocho  las que se están a la margen del río que pertenece a la cuenca mayor del río Totare.

Es lamentable el estado en el que se encuentra el Rio Chipalo, en su cuenca se encuentran toda clase de elementos contaminantes que el ser humano a diario arroja y que lentamente con el pasar de los años lo han llevado a convertirse en el más contaminado del Tolima.

Estudios que recientemente se han realizado como parte de proyectos de grado de estudiantes de las universidades del país han concluido que:  

El agua del río Chipalo presenta un impacto negativo debido al vertimiento de las aguas residuales domésticas e industriales de la ciudad de Ibagué a través de colectores, así como por el vertimiento directo de las aguas residuales y residuos sólidos de los asentamientos subnormales.

En cuanto a la vegetación propia de las riveras del río, ésta presenta un impacto negativo tanto en las áreas urbanas, motivado por la ocupación del terreno en la zona de protección del río (30 m).

Las aguas residuales generan un impacto negativo en algunas zonas urbanas, especialmente en los puntos de descarga de los colectores.

El impacto negativo generado por los olores de las aguas residuales es menor durante el uso del agua en la aplicación de riego. Los regadores no presentan rechazo a trabajar con aguas residuales.

En el área urbana se genera un impacto negativo por el incremento de fauna dañina como roedores e insectos, vectores de enfermedades, que inciden sobre la sa lud de la población aledaña.

La margen arbolada del río Chipalo se encuentra impactada negativamente, tanto por la ocupación urbana, como por la presión de la producción agrícola. Aunque para el gremio de la producción agrícola el río es de vital importancia como fuente de agua, la población urbana ve al río como un drenaje de aguas residuales.

Los Ojos verdes de Cortolima

A finales del año 2008 la Corporación Autónoma Regional del Tolima comenzó con la implementación del programa ‘Ojos Verdes’ estrategia que creada para que los habitantes de los barrios rivereños al Chipalo comenzaran recuperación de la microcuenca y así abrir paso a una descontaminación progresiva.

El programa ‘Ojos Verdes´ planteó la inversión de cinco millones de pesos en cada uno de los sesenta barrios que se unieron a esta iniciativa, fueron cerca de 180 personas que encontraron una fuente de empleo en la titánica labor de recuperar el Rio más contaminado del Tolima.

Pero lamentablemente en el recorrido hecho por el equipo periodístico de la emisora Ecos del Combeima solo se encontró a su paso con avisos que hacen referencia a los ‘Ojos Verdes’ pero por ningún lado la recuperación de la cuenca del Rio Chípalo que cada día se contamina no solo por los moradores de los más de cien barrios que recorre en sus doce kilómetros de paso por la zona urbana sino que también por las aguas negras arrojadas por las empresa de Acueducto y Alcantarillado de Ibagué IBAL.

El subdirector de desarrollo Ambiental de Cortolima, José Armando Huepa, dio a conocer las inversiones que ha realizado la Corporación Autónoma Regional y respondió a la comunidad sobre las denuncias de la poca efectividad del programa Ojos Verdes. 

“Si miramos la inversión de los recursos que ha hecho la Corporación en el último cuatrienio la mayor influencia esta sobre el Rio Chipalo y las microcuencas como Hato de la virgen, la quebrada las panelas y otras microcuencas, la inversión está cercana a los mil millones de los cuales se ha hecho inversiones en estas microcuencas que son las más importantes de los municipio. La contaminación que tiene el rio Chipalo es bastante alta”

¿La comunidad manifiesta que no ve la inversión?

“A la Corporación le ha faltado divulgación de los trabajos que hemos hecho con el programa Ojos Verdes si hiciéramos una reunión creería que se evidenciaría la labor que es bastante grande, si ustedes hicieron un recorrido y encontraron los avisos del programa es porque la Corporación ha hecho un trabajo en la zona en cada una de las Juntas de Acción Comunal. Lo que es claro es la falta de compromiso de la comunidad, cada vez que cambian de Junta de Acción comunal no hay un compromiso tan grande con el nuevo Presidente de Junta”.   

Cecilia Marín, habitante del barrio San Antonio índico a Econoticias que; “Eso es demasiada contaminación, le tiran todos los desechos de las casas y esto genera los malos olores. Hay que sumarle a esto la presencia de animales muertos predomina en la zona y aumenta la caída de chulos. Lo lamentable de esta situación es que la comunidad necesita de la presencia de las autoridades ambientales pero ellos nunca aparecen por acá. No sé porque no limpian el Rio Chipalo o lo drenan pero es verdaderamente una lástima lo que ocurre con los recursos naturales”.

A la altura del puente del Topacio otro de los puntos donde los malos olores se toman la zona nos encontramos con Fernando Rodríguez, un hombre que se dedica a la labor de tapar huecos en la vía, su único sueldo es lo que los viajeros le regalan. A diario Fernando observa como conductores y habitantes de la zona arrojan toda clase de objetos al rio Chípalo; “Los día de verano se aumentan los malos olores. La gente viene en los carros y arrojan las basuras en la cuenca del rio, habitantes de los barrios cercanos también llegan con escombros y todo tipo de elementos y los tiran. Por acá no se asoman de la Alcaldía y de ninguna institución que proteja el medio ambiente. Como ciudadano pedimos que se busque concientizar a los ibaguereños en el cuidado de los ríos y que las autoridades inviertan recursos para la descontaminación del Rio Chipalo”.

Es necesaria una rápida intervención de parte de la Alcaldía de Ibagué, Cortolima y de las autoridades que puedan hacer algo por el rio Chipalo, no se puede seguir permitiendo que este afluente que nace en los cerros noroccidentales y que hace parte la cuenca del Rio Totare siga siendo víctima del vertimiento de aguas negras, basuras, extracción de material de construcción y que la mano del hombre siga acabando con la naturaleza.