En la vía que de Picaleña conduce a la glorieta del Aeropuerto Perales de la ciudad de Ibagué, Carlos Quiroga es oriundo de la capital tolimense, el cual ha dedicado gran parte de su vida a trabajar como vendedor informal o vendedor ambulante como se le conoce comúnmente.

Este hombre de 36 años de edad se ubica todos los días en los reductores de velocidad que están a escasos metros de a la glorieta mencionada anteriormente, donde labora vendiendo varios tipos de bebidas como agua, gaseosa, jugos, energizantes, entre otros.

Un poco más de un año lleva este hombre trabajador en este punto de la geografía ibaguereña vendiendo al rayo del sol y el agua dichos productos que muchas veces los conductores y acompañantes sufren para comprarlos en estas vías del país.

Actualmente Carlos vive en el barrio Comfenalco, comuna nueve de la Capital Musical de Colombia. Como en todo negocio y trabajo, hay días buenos y días malos en los que este ibaguereño se rebusca lo de la comida para subsistir y poder pagar los compromisos que tiene en el momento.

Su punto estratégico es en los reductores de velocidad, teniendo en cuenta que vehículos de carga pesada, particulares, públicos y motociclistas, paran lentamente para no dañar su medio de transporte y de paso algunos se hacen a un costado de la vía para hidratarse.

Entre 50 y 60 unidades vende Carlos Quiroga al día que como lo mencionamos anteriormente, el fruto de su trabajo y ganancias económicas van dirigidas a pagar compromisos como arriendo, servicios públicos, deudas y otros gastos con los cuales tiene que cumplir.

Carlos Quiroga invita a todos los conductores que se movilizan por esta importante vía que de Picaleña conduce a la glorieta del Aeropuerto Perales de la ciudad de Ibagué, contribuyendo a la reactivación económica de él y muchos vendedores ambulantes.