En el río Combeima, a la altura del barrio Alto de la Cruz, se puede observar una caída de agua de aproximadamente ocho metros. A primera vista, un turista desprevenido podría confundirla con una cascada o una maravilla natural. Sin embargo, el fuerte olor que emana de esta caída revela una realidad alarmante.

Esta 'cascada' es en realidad el colector El Sillón, donde las aguas residuales de alrededor de 400.000 habitantes de Ibagué se vierten al río Combeima. Así lo denunciaron miembros de la Unión de Veedurías por el Agua de Ibagué (UVA) y el concejal de la Alianza Verde, Andrés Zambrano, durante un recorrido por la zona.

💧⚠️Así se m4ta un río en Ibagué🚫 

Un grave problema tiene nuestro municipio en el manejo de aguas residuales, ese también será un asunto que trataremos desde el concejo y que debe estar como prioridad en las agendas gubernamentales. pic.twitter.com/BGiPI9Io2X

— Andrés Zambrano (@andreszambranog) September 2, 2024

El acceso a esta peculiar caída de agua se realiza por un predio cercano a la comuna 11 de Ibagué. Aunque podría pensarse que estas aguas no afectan a los habitantes, ya que están lejos de la principal bocatoma de la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (IBAL) en el Cañón del Combeima, lo cierto es que kilómetros más abajo, el agua se trata para el consumo en Arboleda Campestre.

El problema de las aguas contaminadas no se limita al sector de El Sillón. Hay otras caídas de aguas residuales en zonas como La Cartagena, Guadalejas y La Quinta, que también afectan el río Combeima.

Es por esto que el concejal Zambrano informó que solo el 20 % de las aguas residuales en Ibagué son tratadas antes de llegar al río Combeima, lo que significa que la mayoría de estas aguas contaminadas se vierten directamente en el afluente.

El concejal pidió a la alcaldesa Johana Aranda implementar el Plan Maestro de Alcantarillado para tratar todas las aguas residuales de la ciudad y mejorar la calidad del agua en la comuna Nueve, de acuerdo con los estándares del Índice de Riesgo de Calidad del Agua para consumo humano (IRCA).

Zambrano subrayó que la calidad del agua en Arboleda Campestre es deficiente y que las pruebas realizadas este año por el Ministerio de Salud confirman que no es apta para consumo humano.

Los afectados esperan que las autoridades competentes investiguen la situación y tomen medidas urgentes para proteger a las comunidades que reciben aguas sin el tratamiento adecuado.