Puente de la 60: una obra que quedó en el limbo por declaratoria de incumplimiento total
Un año y medio después de que el entonces alcalde Andrés Hurtado anunciara con bombos y platillos la construcción del puente elevado en la calle 60 con carrera Quinta, el proyecto sigue paralizado, sumido en controversias administrativas y políticas.
La alcaldesa Johana Aranda tomó una de las decisiones más trascendentales de su administración al declarar en junio el incumplimiento total del contrato, valorado en casi $40.000 millones, adjudicado al cuestionado Consorcio Puente Carrera Quinta.
Esta medida respondió al estancamiento de la obra, investigaciones en curso por parte de los entes de control, y los escasos avances reportados.
El caso generó tensiones políticas al interior de la administración, especialmente entre los sectores cercanos al exalcalde Hurtado.
La figura de María Margarita Rueda, entonces cuota del representante Carlos Edward Osorio, emergió como clave en el manejo del conflicto. Sin embargo, tras recibir amenazas contra su seguridad, Rueda dejó la administración.
El proyecto también enfrentó serias críticas técnicas. El exmagistrado del Consejo de Estado, Jaime Orlando Santofimio, advirtió que la obra carecía de permisos ambientales básicos por parte de Cortolima, lo que evidenciaba una falta de planeación desde su inicio.
A estas irregularidades se sumó un informe revelador de la Contraloría General de la República en noviembre, que confirmó presuntas falencias en la planeación, cuestionables desembolsos y posibles detrimentos patrimoniales.
Ante esta situación, la alcaldesa Aranda ha anunciado un diagnóstico técnico para determinar qué tipo de infraestructura es más adecuada para el punto crítico de la calle 60 con carrera Quinta, evaluando si se debe construir un puente elevado o un deprimido.
Sin embargo, el futuro del proyecto sigue siendo incierto, y con él, las esperanzas de miles de ibaguereños que ven en esta obra una solución urgente para la movilidad de la ciudad.