Este recorrido que es más bien una historia de desesperanza y "dolor ambiental" debido debido a los altos niveles de contaminación que reciben sus aguas.

Chipalo nace con aguas cristalinas en la zona alta de los Cerros Noroccidentales de Ibagué en la vereda Alaska y dese allí sus recorre las comunas dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez, recibiendo los caudales de catorce afluentes para llegar altamente contaminado hasta su desembocadura en el río Totare en el municipio de Alvarado.

"En río nace en plena montaña a más o menos un kilómetro del casco urbano en la vereda Alaska, al lado una mata de guadua y de ahí se surten a través de un acueducto comunal que beneficia a más de treinta familias, luego es canalizado a través de un box culvert y mas abajo se va contaminando, pero por acá sus aguas son totalmente puras", afirma Luis Samboni de la finca Villa Rocío.

La conducción del río desde su Alaska parte alta hasta el barrio Bolencito, se realizó por parte de Cortolima debido a desbordamientos y crecientes que ocasionaron graves consecuencias en años anteriores.

"El agua bajaba y era una quebrada pero debido a los deslizamientos y el riesgo que generaba en invierno, debieron entubarlo con un box culvert, pero el caudal ha mermado demasiado", Afirma Ramón Vega habitante del sector.

Ya en la comuna tres a la altura del barrio Villa Pinzón, el río recibe su primera y dura estocada, allí la quebrada conocida como la Pioja, descarga muchos litros por minuto de agua contaminada con detergentes, materia fecal y basuras que capta en su recorrido por la zona de Pueblo Nuevo, Inem, San Francisco, Fenalco, Antonio Nariño y Viveros.

"Donde se une el Chipalo con la Pioja, el río viene limpio, incluso en ocasiones nos bañamos en él pero llega esta quebrada con desechos sanitarios y lo contamina; aguas arriba el río es cristalino y hay varios charcos y aunque se puede decir que no hay ningún río que no esté absolutamente limpio, acá se vuelve un muladar"; Afirma Mario Pérez habitante de Villa Pinzón.

En la comuna número cinco sobre el sector de la calle 69, el río sigue su paso recogiendo aguas residuales, generando malos olores y a pesar que en el sector se han construido urbanizaciones edificios de estratos 4, 5 y 6, a cielo abierto, se siente su presencia para muchos desagradable y para otros indiferente.

"Nos afectan mucho los malos olores todos los días y a toda hora porque además de la contaminación del río, allí es un botadero de basuras, de colchones y hasta de animales muertos", afirma Lina Quiguana quien junto a su familia habitan una vivienda al lado del puente la 69.

¿Colector Sur, remedio o enfermedad?

Este colector fue construido con el objeto de tratar las aguas contaminadas del Chipalo y darles uso posterior regando las arroceras de la meseta de Ibagué, por lo menos seis barrios de la comuna cinco, como las Orquídeas El Edén el Jordán y otros, reclaman que este elemento no está cumpliendo su objetivo de descontaminar sino en un canal de riego que conduce agua que irriga las arroceras de los dueños de los cultivos en la meseta.

"Ese colector no está tratando el agua que capta del Chipalo y al contrario a estos barrios les representa un riesgo que no ha sido atendido por los gobiernos y termina regando arroceras, es decir, que en Ibagué estamos comiendo el arroz que se cultiva con aguas altamente contaminadas", dice Gustavo Suárez, presidente del barrio Las Orquídeas.

Otra estocada mortal la recibe el río cuando en su lecho desemboca la quebrada Hato de la Virgen, que nace en el barrio Versalles, va canalizada hasta Rincón de Piedra Pintada y atraviesa la comuna ocho, hasta depositar toda su descarga que recoge de alcantarillados, invasiones y asentamientos subnormales para llegar a él en el sector del Topacio.

Tras recibir las aguas del Hato de la Virgen, el río Chipalo resignado a su suerte, desciende por su cuenca pero en momentos parece que él mismo se transforma, se oxigena y se va recuperando pero sobre él puede más la inconsciencia de los habitantes de Ibagué que le arrojan desechos y lo contaminan al igual que la desidia de los gobiernos y entes como el Ibal que poco o nada hacen por su recuperación, prefiriendo pagar altas tasas a Cortolima por contaminación que generar una solución al grave problema ambiental que representa.

El río Chjpalo pasa bajo un puente en el sector de la variante o avenida 175 y recibe las aguas de otro caño conocido como quebrada Agua Mala y luego concluye su recorrido hasta desembocar en el río Totare que finaliza en el río Magdalena.