Impactos y paradigmas de la inteligencia artificial (IA) en la generación de empleo
La inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente la forma en que trabajamos, generando una mezcla entre optimismo y preocupación. En el entorno global, estas tecnologías emergentes prometen aumentar la productividad y revolucionar por completo los sectores productivos, pero también plantea importantes desafíos para la empleabilidad, particularmente en las economías emergentes como la de Colombia.
Colombia, un país caracterizado por su diversidad económica y una población joven, se encuentra en una encrucijada. La adopción de la IA genera un conjunto de escenarios de desarrollo en los cuales podría aumentar el desempleo y la desigualdad, muchos diplomas van a quedar solo para enmarcar, este efecto negativo se da a causa del desplazamiento de profesionales por la IA. Para entender el impacto potencial de la IA, es crucial analizar los paradigmas y tendencias en torno a la empleabilidad, con énfasis en la vocación y la pertinencia de las habilidades laborales, conocimientos o competencias que se requieren en el mercado laboral.
La primera revolución industrial generó profundos cambios en la utilización de mano de obra al utilizar la máquina para desarrollar tareas de manufactura, las venideras revoluciones industriales (segunda, tercera, cuarta) han generado nuevas dinámicas que han condicionado las relaciones laborales en países desarrollados y en países con economías emergentes. La IA es la revolución que más efectos negativos generará en la demanda de empleos tradicionales, esto debido a la capacidad para automatizar tareas complejas, lo que hará que se recorte la utilización de miles de trabajadores en el mundo. Estudios recientes muestran que los sectores más expuestos a la IA son aquellos que requieren alta calificación, como las finanzas, los seguros y los servicios profesionales. Esto podría parecer contradictorio, dado que estos sectores suelen emplear a profesionales con educación superior.
En Colombia, donde las tasas de desempleo juvenil superan el 20% y muchas personas con educación universitaria trabajan en empleos para los que están sobrecalificadas, el impacto de la IA podría agravar esta situación. Sin embargo, también existe el potencial de crear nuevas oportunidades laborales, especialmente en tecnologías de la información, ciencias de datos y disciplinas relacionadas con la IA. La clave estará en la capacidad del sistema educativo y del sector productivo para adaptarse y adoptar articuladamente estas tecnologías emergentes.
En cuanto a las tendencias que genera esta dinámica tecnológica, una tendencia preocupante es la llamada “desprofesionalización prematura”, un fenómeno en el que los empleos altamente calificados alcanzan su máximo desarrollo antes de que los ingresos promedio de un país sean lo suficientemente altos para sostenerlos. En Colombia, esto podría manifestarse como un estancamiento en la generación de empleos de calidad, desplazando la fuerza laboral hacia trabajos menos calificados y con menores ingresos.
Profesiones relacionadas con la producción de alimentos, producción energética, minería, ciencias de la salud, construcción, transporte y manufactura no se verán tan afectadas; mientras que profesiones relacionadas con temas de finanzas, derecho, marketing, gestión empresarial, administración de empresas, contaduría, economía y servicios educativos, tendrán en alta afectación al ser suplidas con aplicaciones de IA.
La educación superior debe desempeñar un papel clave en este proceso, pero también es necesario fomentar la capacitación técnica y vocacional para abordar las necesidades inmediatas del mercado laboral. Programas de reconversión laboral y alianzas entre el sector público y privado podrían facilitar la transición hacia un mercado laboral más resiliente y adaptable. En este sentido se debe aumentar la inversión en educación y capacitación por parte del estado (gobierno nacional, gobiernos departamentales y municipales) y del sector privado en cuanto al diseño de programas educativos que integren habilidades tecnológicas y promuevan la creatividad y la resolución de problemas. Se debe fomentar la innovación y el emprendimiento de base tecnológica, espacio en el que la IA ofrece oportunidades únicas para desarrollar nuevas industrias y servicios. Se debe establecer reglas de juego a partir de un marco regulatorio que permita una adopción responsable y gradual de la IA en espacios educativos, permitiendo la democratización en el uso de la IA para todas las personas con el fin de evitar desventajas o desigualdades, lo que en si se traduce en un proceso de reducción de brechas digitales entre los diferentes grupos poblacionales, evitando con esto la desigualdad en el acceso a tecnología, especialmente para los colombianos de provincia que viven en la periferia, el campo o la ruralidad dispersa.
La IA no tiene marcha atrás, esto generará cambios dramáticos evidenciables para 2030 y escenarios inimaginables para 2035, este vuelco tecnológico reconfigurará el panorama laboral global, y Colombia no es una excepción. Aunque existen riesgos significativos de desplazamiento laboral y aumento de la desigualdad, también hay oportunidades para transformar la economía y generar empleos de calidad.
Aprovechar estas oportunidades requerirá una visión estratégica, una ambiciosa política pública transversal desde los sectores de Educación, TIC, Ciencia Tecnología e Innovación y Trabajo, una inversión sostenida en talento humano y una colaboración estrecha entre la triple hélice Gobierno, Empresas y Academia. Colombia deberá enfrentar el desafío de la IA, reconfigurando los escenarios de desarrollo a partir de nuevos modelos de educativos y tecnológicos mucho más flexibles y adaptables a la mayor revolución tecnológica de la humanidad.