“Quería crear muñecas con las que todo el mundo pudiera identificarse. Veo la belleza en la vida cotidiana”, comentó Kay a Mashable. Añadió que con ellas “quería transmitir el mensaje de que la belleza no debe ser fabricada, sino que se debe basar en la verdadera imagen de uno mismo”.

En entrevista con la revista People, la artista contó que la emoción de sus clientes al recibir sus muñecas es tal, que “literalmente, rompen en llanto”. Todas las piezas son personalizadas para que luzcan justo como las personas que las piden.

Tomado de: pulzo.com