Israel fue blanco de un masivo ataque con más de 400 misiles balísticos lanzados por la Guardia Revolucionaria de Irán. Este grupo asumió la responsabilidad del ataque, el cual fue en represalia por los asesinatos del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, del jefe de Hezbolá, Hasán Nasrala, y de un general iraní, todos atribuidos a Israel.

La Guardia Revolucionaria advirtió que cualquier respuesta por parte de Israel desencadenará una ofensiva aún más devastadora.

"Advertimos que si el régimen sionista responde militarmente a esta operación, será contraatacado de manera más contundente", declaró el grupo iraní.

Durante el ataque, ciudadanos israelíes compartieron en redes sociales los momentos en que las alarmas de emergencia sonaron por todo el país, instando a la población a buscar refugio en zonas seguras.

Aunque no se reportaron víctimas fatales ni heridos, el portavoz israelí, Daniel Hagari, aseguró que el ataque no quedará sin consecuencias.