Este miércoles, el Consejo de Seguridad de la ONU someterá a votación una resolución que busca un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente en Gaza. La incertidumbre se centra en la posición de Estados Unidos, que podría vetar la medida por cuarta vez consecutiva o abstenerse, permitiendo su aprobación.

El texto ha sido impulsado de manera conjunta por los diez miembros no permanentes del Consejo, un movimiento poco común de consenso multilateral, y cuenta con el respaldo asegurado de Rusia, China, Francia y el Reino Unido. Sin embargo, la diplomacia estadounidense ha intentado suavizar el contenido del documento sin éxito en cuestiones clave.

La resolución no condiciona el alto el fuego a la liberación de rehenes por parte de Hamás, como buscaba EE.UU., aunque incluye un llamado separado para que estos sean liberados 'de forma inmediata e incondicional'. Además, insta a Israel a permitir el acceso irrestricto de ayuda humanitaria en Gaza y rechaza cualquier intento de usar el hambre como arma contra la población palestina.

Otra de las medidas destacadas es el respaldo explícito a la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, en un contexto de crecientes restricciones que amenazan con paralizar sus actividades en el territorio.

La votación llega en medio de tensiones diplomáticas y humanitarias crecientes, con miles de vidas afectadas por el conflicto en Gaza. La decisión del Consejo de Seguridad podría marcar un giro decisivo en los esfuerzos internacionales para detener la violencia y garantizar el acceso humanitario.