“La labor de buscar acuerdos con los grupos armando que desafortunadamente hoy siguen con sus acciones en Colombia hace parte de mis deberes, las minas antipersonales representan una amenaza constante a la integridad física de todos los ciudadanos de mi país especialmente de las comunidades que están en las zonas rurales”, aseguró Miguel Ceballos, alto Comisionado para la Paz, la Legalidad y la Convivencia, en el marco de la XVII Reunión de Estados Parte de la Convención de Ottawa sobre la destrucción de Minas Antipersonal.

Alertó además el funcionario nacional sobre la continuidad de la siembra de minas antipersonales en los territorios con presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

“Para el Estado colombiano las victimas de minas antipersonales y las municiones sin explotar representan un eslabón importante en la política pública que se está construyendo el Gobierno Nacional sobre las minas”.

De acuerdo con el Alto Comisionado, durante 2017 y 2018 en Colombia, la tendencia a la disminución en materia de víctimas civiles y de Fuerza Pública cambió, y ahora se registra un aumento, “A 31 de octubre de 2018, el número de víctimas por minas antipersonales pasó de 46 a 113 respecto al año anterior”.

#AEstaHora | Alto @ComisionadoPaz, la Legalidad y la Convivencia, Miguel Ceballos, interviene en 17° Reunión de Estados Parte de la Convención de Ottawa sobre la destrucción de Minas Antipersonal. El evento se realiza esta semana en Ginebra, Suiza. pic.twitter.com/N6KOTUBDja

— Alto Comisionado Paz (@ComisionadoPaz) 27 de noviembre de 2018

Frente a las lamentables victimas indicó Miguel Ceballos que:

“Desde el año 2012 hasta el 2016 registra una disminución significativa de pasar de 295 víctimas civiles a 37 y de pasar de 294 a 52 víctimas de la fuerza pública, con una disminución porcentual 700%, durante el 2017 al 2018 el comportamiento ha variado con un aumento progresivo”.

Este “preocupante” incremento, dijo Ceballos, obedece a la migración de Grupos Armados Organizados (GAO) en el marco del contexto actual por el que atraviesa Colombia, así como el surgimiento de otras estructuras de delincuencia organizada en disputa por el control territorial.

“Las Minas Antipersonal son una tragedia para Colombia, están instaladas en una amplia parte del territorio nacional, en especial sobre los campos donde habitan campesinos, colonos, comunidades afrodescendientes e indígenas; no distinguen raza, religión, sexo, edad, combatiente o civil. Son una clara violación a los Derechos Humanos y una infracción al Derecho Internacional Humanitario”, resaltó el Miguel Ceballos en su intervención.