Denunciaron un grave caso de abuso de autoridad protagonizado por uniformados de la Metropolitana
El caso ocurrió el fin de semana al señor Mauricio Muñoz, luego que una camioneta adscrita a la Policía Metropolitana de Ibagué arrollara con violencia a un perro, de tal manera que por el fuerte impacto el animal voló un par de metros, generando a su vez daños de consideración en la patrulla.
Producto del fuerte estruendo varios vecinos del conjunto residencial Florida 3, ubicado enseguida de Makro, salieran a observar la situación, evidenciando que el conductor de la patrulla trataba de continuar su camino pese a que el animal que había arrollado estaba aún agonizando. Por su puesto la dueña del perro entró en histeria y comenzó a pedir auxilio.
Tal situación llenó de rabia a la comunidad, que de inmediato salió a manifestar su inconformidad por el proceder del uniformado, quien aparentemente no tenía entre sus intenciones auxiliar al perro que había atropellado por transitar por la zona con un presunto exceso de velocidad.
Fue allí cuando apareció en escena el señor Mauricio Muñoz, quien según él, de forma airada al igual que otros vecinos y deportistas comenzaron a reclamar a los uniformados que allí se encontraban. Fue tal la situación que rápidamente el lugar de llenó de uniformados que tomaron como objetivo al ciudadano, quien admitió haber utilizado algunas palabras soeses motivado por la indolencia de los policías que no le prestaron atención al perrito.
Sin embargo, al observar que los policiales lo tenían entre ojos, el señor Muñoz prefirió retirarse hacia su conjunto, pero en ese momento un grupo de cinco o seis patrulleros corrieron hacia él con el objetivo de capturarlo. Vale la pena señalar que en los videos de las cámaras de seguridad externas del conjunto, no se observó ninguna agresión fisica por parte del civil hacia los uniformados.
Una vez Mauricio ingresó a su conjunto, los policías irrumpieron a la fuerza en la propiedad, pasando por encima de la seguridad privada para continuar la persecución hacia el ciudadano, como si literalmente se tratara del peor de los delincuentes.
Temeroso por la agresividad de los uniformados, el denunciante admitió que quiso evadirlos, de tal manera que terminaron en un pequeño tejado del cual lo bajaron a la fuerza luego de haberle propinado algunas descargas con una pistola eléctrica.
Sin embargo la situación no terminó allí, toda vez que al estar en los pasillos se observa en las cámaras de seguridad como los uniformados los golpearon contra las puertas y lo tiraron al piso, para luego uno de ellos aplicarle gas pimienta en los ojos.
Ante los golpes y toda clase de agresiones de no menos de seis uniformados, el señor fue totalmente inmovilizado y sacado casi arrastrado ante la mirada atónita de los vecinos. Una vez en la patrulla el señor denunció que continuaron con los golpes hasta llevarlo a las instalaciones del CAI del barrio Jardín, donde aparentemente también fue golpeado.
Según algunos vecinos, la patrulla que arrolló el perro terminó tan averiada que se la tuvieron que llevar en una grúa porque no quiso prender.
Luego de un par de minutos y pasada la 'calentura en su cuerpo', el ciudadano comenzó a sentir el dolor de las agresiones, de tal manera que pidió atención médica. Fue así que en una patrulla lo llevaron a la clínica Nuestra donde no lo atendieron, de tal manera que finalmente fue trasladado a las instalaciones del hospital Federico Lleras Acosta.
Tras la valorancion médica, el hombre fue trasladado a la permamenete central donde lo retuvieron por varias horas sin ningún protocolo de bioseguridad, para finalmente llevarlo ante la Fiscalía, acusado de la conducta punible de ataque contra servidor público. Estando ante el fiscal se enteró que lo acusaban de golpear a dos uniformados.
Ante las agresiones que el civil también denunciaba, el fiscal que asumió el caso ordenó que tenía que ser remitido a las instalaciones de Medicina Legal, para recibir la valoración de un médico legista. Sin embargo, según Mauricio, los policiales le dieron vueltas durante un largo período, de tal manera que al llevarlo a la valoración especializada, ya habían pasado las seis de la tarde y no había atención en el lugar.
Desde allí una vez más fue trasladado a la Fiscalía y a la una de la mañana lo dejaron en libertad, descalzo y sin una moneda en el bolsillo para poder regresar a su casa.
Vale la pena señalar que el perro del accidente, al parecer fue llevado a una clínica veterinaria donde finalmente murió.
Ante la grave denuncia se espera un comunicado de la Policía Metropolitana o un pronunciamiento del coronel Gabriel Bonilla González, toda vez que la versión del civil está sustentada por los videos de las cámaras de seguridad, sin embargo es importante conocer la versión y evidencias que puedan aportar los policiales que participaron en el procedimiento.