Crisis en el barrio Limonar: residentes denuncian años de promesas incumplidas y deterioro urbano
Residentes del barrio Limonar, ubicado en la comuna 4 de Ibagué, han expresado su preocupación por el deterioro de las condiciones de habitabilidad y la falta de atención por parte de las autoridades locales. Entre las principales problemáticas destacan las constantes inundaciones, el colapso del sistema de alcantarillado y la acumulación de basuras, situaciones que han afectado la calidad de vida de cientos de familias.
Amparo Rojas, líder comunitaria, explicó que el sistema de alcantarillado del barrio tiene más de 50 años de antigüedad y está construido con tubos de cemento y asbesto, un material que, además de ser obsoleto, representa un grave riesgo para la salud de los habitantes.
"Llevamos 52 años esperando una renovación. Ese asbesto contamina y causa enfermedades como el cáncer; aquí ya tenemos varios casos entre los adultos mayores del barrio", afirmó Rojas. A pesar de los constantes llamados a las autoridades, denunció que ni el IBAL ni la Alcaldía de Ibagué han realizado las obras necesarias para solucionar esta problemática.
Las recientes lluvias han agravado la situación, evidenciando la vulnerabilidad del barrio. Durante los aguaceros, las calles principales, como la 57 y la carrera 6ª, se inundan completamente debido a la falta de sumideros y sistemas de captación de agua. Según Rojas, esta deficiencia provoca que el agua entre a las viviendas, generando daños materiales. Vecinos también han reportado accidentes frecuentes, como caídas de peatones y vehículos atrapados en zanjas que quedaron abiertas tras obras inconclusas realizadas por el IBAL en diciembre pasado.
Otro problema que afecta al barrio es la acumulación de basura en diversas esquinas y en el parque del sector, que se ha convertido en un basurero a cielo abierto. Un residente señaló que esta situación afecta la imagen del barrio y genera insalubridad. Aunque los habitantes pagan regularmente por el servicio de recolección, la falta de conciencia de algunos vecinos ha agravado el problema.
A pesar de ser un barrio clasificado como estrato 4 y de pagar altos impuestos prediales, que en algunos casos superan los tres millones de pesos anuales, los habitantes sienten que las autoridades no cumplen con su obligación de garantizarles condiciones dignas.
"Nos están acabando el único patrimonio familiar que tenemos. Aquí viven personas mayores, profesionales, hijos de familias trabajadoras. No es justo que sigamos viviendo en estas condiciones", expresó Rojas.
Otra denuncia recurrente de los residentes es la mala calidad del agua que llega a sus hogares. Según los habitantes, el agua presenta residuos visibles que se acumulan en los tanques de almacenamiento, dejando un sedimento amarillento. Esto, aseguran, contradice las promesas de suministro de agua potable, especialmente considerando los elevados costos de los servicios públicos.
A pesar de contar con dos sentencias de acción popular que ordenan a las autoridades realizar las obras necesarias, los vecinos denuncian que estas órdenes judiciales han sido ignoradas. Ante la falta de respuesta, los residentes evalúan organizar nuevas protestas como medida de presión para que sus demandas sean atendidas.
Sus habitantes hacen un llamado urgente al IBAL, a la Alcaldía de Ibagué y a la comunidad en general para trabajar de manera conjunta en la recuperación del sector y garantizar condiciones de vida dignas para todos sus residentes.
