Las voces del Chipalo
Zoila Rosa Uribe Barrio Alaska
Ella es una mujer emprendedora, que vive en el sector desde hace casi cuarenta años.
Recuerda que cuando llegó a vivir allí, el nacimiento y caudal era cristalino y limpio y añora, que ahora habitantes de una invasión que circunda el rio se hayan robado el encanto del mismo, contaminando sus aguas.
Dice que hace falta más compromiso de Cortolima y de las entidades que tienen que ver con el medio ambiente y señala que da tristeza que estas no hagan absolutamente nada por su recuperación.
Zoila Rosa se ve preocupada por que por momentos el olor que expelen las aguas es molesto e insoportable pero especialmente en verano.
Esta mujer señala que dejó de ser un atractivo para los ibaguereños quienes en otras épocas se sentían orgullos de esta maravilla que ella cataloga como un” tesoro” de Dios.
María Teresa Sánchez del Barrio Alaska
Esta mujer de casi 80 años de edad quien vive junto con sus tres hermanas más, una de ellas, como dice de “corto de espíritu”, dice no sentir miedo de vivir en una humilde vivienda, casi dentro del río Chipalo.
A sus años a María Teresa Sánchez, se le refleja el cansancio de la vida y su cara marcada por tiempo, y dice no le temerle a lo que en un momento pueda representar un peligro para su familia.
Se siente halagada de que su hija, una vendedora de minutos de celular que recorre las calles ibaguereñas, logró con empuje un préstamo para poder llevarla hasta allí comprando el lote...
Y cuando se le pregunta si conocía que su humilde vivienda estaba en zona de riesgo, admite que hasta ahora el tiempo ha sido benévolo con ella y sus hermanas longevas.
Tan sólo espera que sus gallinas y sus pollos continúen dándole para su manutención diaria, porque es lo único que posee.
Evelia Barragán del barrio Malavar
Evelia Barragán es una mujer de empuje y valor que vela por el bienestar de quince ancianitos que residen en el hogar “vive más y mejor” sitio ubicado desde hace diez años en este humilde sector del barrio Malavar y muy cerca al rio Chipalo.
“Es una bendición de Dios contar con acueducto en estas instalaciones”, dice Evelia, sin embargo la vida de estas personas que buscan la tranquilidad en sus últimos años se ve agobiada por un taller de latonería y soldadora de carros , que cuando pintan allí los vehículos, arrojan los desechos al cauce del río y haciéndose el olor insoportable para las personas de la tercera edad.
Igualmente el puente que colinda con este hogar, es sitio de encuentro de viciosos, generándose olores y más inseguridad en el sector, por ello pidió mayor presencia de la Policía.
Gloria Vásquez del barrio Calambeo establecimiento comercial
Gloria Vásquez empleada de un establecimiento de comidas rápidas dónde acude clientela especialmente los fines de semana y en las noches por los bares y restaurantes que allí funcionan, es una mujer que trabaja más de 8 horas para llevar el sustento a su familia.
Dice que para esta época de verano se ven afectadas las ventas porque los olores son nauseabundos.
Denunció en repetidas ocasiones que se robaron la plata de la canalización y que jamás se hizo nada y a una de las que está afectando es a la clínica Calambeo.
Lizeth Lozano del barrio Viveros
El Chikunguña es el mayor problema de este sector de la ciudad por donde continúa su curso el río Chipalo. Centenares de mosquitos hacen presencia, sin que hasta el momento la Alcaldía de Ibagué, a través de la Secretaría municipal inicien las fumigaciones.
Lizeth Lozano quien tiene un local de eventos sociales criticó la actitud de Cortolima que con su llamado programa ‘ojos verdes’ no se hecho presente en pos de recuperar la zona.
Esta joven igualmente expresó que ni siquiera el presidente de la junta de acción comunal abandera acciones para recuperar el sitio lleno de árboles que lo haría mejor como uno de los pulmones de la ciudad.
Lastimosamente otra invasión se tomó las riveras del río, generando inseguridad para Viveros y una contaminación ambiental enorme, porque allí se divisa toda clase de elementos por su cauce.
Isaí Rojas del barrio Fuente de Los Rosales
Colchones, sillas ,muebles , costales llenos de basura, residuos como arena y otros hacen parte lastimosamente del recorrido de la quebrada San Antonio, otro afluente que va a desembocar hasta el rio Chipalo.
El comerciante Isaí Rojas quien habita al borde de la misma y que tiene un taller para arreglar bicicletas dice que desde arriba hay una arenera que descarga escombros y que especialmente los olores que abundan no son los mejores.
Pese a que lleva quince años en el sitio, no quiere irse de allí, porque su negocio ya está acreditado y que “hay que conseguir la papa para sus hijos”.
Pese a la inseguridad del sitio por dónde transitan amigos de lo ajeno, consumidores de sustancias y otros, él se encarga a diario de conservar el sitio que rodea su humilde casa.
Emerson Hernández de Fuente de los Rosales
La falta de conciencia es lo que está atacando a los ibaguereños, que desde las mismas entidades como Cortolima y la secretaría municipal del medio ambiente actúan paquidérmicamente frente a la gran devastación que sufre el río Chipalo y sus afluentes.
Así lo dijo Emerson Hernández un comerciante que tiene un taller automotriz en Fuente de los Rosales
Aunque dice que trata de que su negocio no contamine las aguas, reconoció que constantemente recoge los desechos mecánicos que de allí salen.
Criticó a la comunidad de Fuente de los Rosales que sacan las basuras de sus viviendas anticipadamente, las cuales y por actuar de los habitantes de calle, las arrojan al caudal.