Comunidad de San Victorino ayudó con captura de proxenetas
Vendedores y habitantes cercanos a la plaza de la Mariposa, en el centro de Bogotá, comenzaron a sospechar que por esa zona menores de edad estarían sometidas a una red de prostitución.
Las niñas, de entre 13 y 17 años de edad, llegaban a la plaza vestidas con ropa llamativa: faldas cortas y altos tacones. Luego, se encontraban con hombres mucho mayores y caminaban hacia una residencia ubicada a tres cuadras.
La situación preocupó a la comunidad y por ello el caso llegó a manos de la Policía.
Así, durante tres meses, en una operación llamada Papilio, las autoridades siguieron los pasos de las menores, con la idea de reunir pruebas para capturar a los proxenetas y a los clientes.
En la investigación se encontró que el dueño de la residencia a donde eran llevadas las menores era cómplice.
Este personaje dejaba entrar primero a las niñas y luego a los clientes para que nadie sospechara de la situación.
El comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, Humberto Guatibonza, explicó que durante este año por lo menos 25 niñas habían caído en esta red de prostitución.
“Los proxenetas se aprovechaban de la condición social de ellas, pues algunas viven en barrios de estratos bajos y las otras llegaban de provincias”, aseveró Guatibonza.
Estos hombres persuadían a las menores y por los encuentros sexuales les daban entre 20.000 y 30.000 pesos.
Gracias a estas pruebas, la Policía logró capturar esta semana a ocho hombres. Seis eran clientes y los otros dos eran los jefes de la red.
Estos últimos fueron enviados a un centro carcelario, mientras que los otros esperan a que un juez de garantías defina su situación.