El decálogo para promover entornos laborales saludables, protectores y preventivos del suicidio
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora hoy, el Consejo Colombiano de Seguridad, CCS, destaca la importancia de crear entornos laborales que protejan y promuevan la salud mental.
Cada año, más de 703 mil personas en el mundo se quitan la vida, lo que representa una muerte cada 40 segundos, según la Organización Mundial de la Salud, OMS.
En Colombia, entre 2012 y 2022, se reportaron más de 162 mil intentos de suicidio en la población en edad productiva, es decir, entre 15 y 65 años, con 22.504 muertes por esta causa.
El decálogo
Dada esta problemática que afecta a la sociedad y a la salud pública, el CCS presenta un decálogo de aspectos clave para que las empresas y organizaciones se conviertan en entornos laborales mentalmente saludables y protectores:
Integrar la salud mental en la cultura organizacional: las empresas deben priorizar el bienestar físico y mental de sus empleados, incorporando políticas y programas que fomenten la salud integral y el cuidado mutuo al interior de la organización. Se debe promover un ambiente donde se hable abiertamente de los trastornos en la salud mental para reducir su estigmatización.
Promover un liderazgo empático y comprometido: los líderes deben estar capacitados para reconocer los signos de estrés, ansiedad o depresión en sus equipos, ofreciendo apoyo oportuno y creando un entorno de confianza y comunicación asertiva.
Capacitación continua en salud mental: los trabajadores de todos los niveles de la organización deben recibir formación sobre salud mental, incluyendo manejo del estrés, desarrollo de habilidades blandas, gestión de emociones, primeros auxilios psicológicos y acceso a recursos de apoyo, para que puedan identificar las señales de alerta y actuar de manera temprana, oportuna y adecuada.
Identificación y gestión de factores de riesgo psicosocial: es crucial evaluar regularmente las condiciones intra y extralaborales, así como los factores individuales que puedan aumentar el riesgo de conductas suicidas, como el estrés laboral, el acoso o la sobrecarga de trabajo y tomar medidas para mitigarlos. Desarrollar un programa de vigilancia epidemiológica específico para la salud mental es clave. Es indispensable integrar toda la información y establecer un diagnóstico real de los factores que influyen en la salud mental de los trabajadores.
Implementar programas de prevención de trastornos de la salud mental: se deben desarrollar iniciativas que incluyan servicios de apoyo emocional, como líneas de ayuda y asesoría psicológica, para prevenir trastornos mentales y gestionar factores de riesgo. Es esencial la colaboración estrecha entre las áreas de Gestión Humana y de Seguridad y Salud en el Trabajo, así como un trabajo permanente entre la alta dirección, las áreas operativas y administrativas.
Establecer protocolos de intervención: las organizaciones deben contar con lineamientos claros que guíen las acciones cuando se identifique un trastorno de salud mental o señales que alarmen de un posible intento de suicidio. Estos protocolos deben incluir la adecuación de las condiciones laborales durante la recuperación y rehabilitación del trabajador afectado. Esto requiere de estricta confidencialidad y apoyo adaptado a cada caso particular.
Fomentar redes de apoyo entre colegas: crear espacios donde los trabajadores puedan compartir experiencias, apoyarse mutuamente y actuar como una red de contención adicional, contribuyendo a un entorno laboral donde se reduzca el estigma asociado a los trastornos de salud mental.
Humanizar la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST): más allá de los procedimientos, la documentación y el cumplimiento de indicadores, la protección integral de los trabajadores debe ser incentivada por una política de humanización, donde el objetivo de la SST sea el “cuidado centrado en la persona”.
Participar en alianzas estratégicas: colaborar con entidades públicas y privadas para compartir conocimientos y mejores prácticas en la prevención del suicidio y la gestión del riesgo psicosocial.
Evaluación y mejora continua: realizar evaluaciones regulares del bienestar mental de los empleados y ajustar las políticas y programas para abordar sus necesidades cambiantes, así como los retos emergentes del contexto.
"El suicidio se puede prevenir y los lugares de trabajo tienen un rol crucial en la protección de la salud mental de sus empleados. Lo anterior requiere una estrecha colaboración entre las áreas de Gestión Humana y de Seguridad y Salud en el Trabajo, así como un trabajo permanente entre la alta dirección, las áreas operativas y administrativas. Los entornos de trabajo saludables y protectores son el resultado de la interacción activa de todos sus miembros", señaló Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad, CCS.