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Las universidades frente a la reforma educativa

Hoy más que nunca se debe fortalecer la autonomía universitaria con responsabilidad, una autonomía fundada en la libertad del saber puesto al servicio de la sociedad, señalan los rectores.
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UniAndes
1 Ago 2023 - 11:24 COT por Ecos del Combeima

La directora de la Universidad de los Andes y coordinadora del G-10, grupo conformado por 10 de las mejores universidades del país, Raquel Bernal Salazar,  se pronunció  acerca de la reforma a la Ley 30 anunciada por el Gobierno Nacional, que tiene como objetivo principal solucionar los problemas de financiamiento de las instituciones de educación superior.

El G-10 está compuesto por la Universidad de Los Andes, Universidad de Antioquia, Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad EAFIT, Universidad Externado de Colombia, Universidad Industrial de Santander, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad Nacional de Colombia, Universidad del Norte y la Universidad del Valle.

Financiación
El mejor camino para lograr el crecimiento, desarrollo y equidad que necesita Colombia es, sin lugar a dudas, la educación. El financiamiento del Estado en un sistema mixto de educación superior es crítico para lograrlo. Esto es particularmente relevante en un contexto de cambio demográfico que tiene gran impacto sobre las instituciones de educación superior.

El financiamiento de un joven talentoso que no tiene recursos para pagar la matrícula implica un mejoramiento de su vida no sólo en términos laborales sino también en mayor satisfacción personal, prosocialidad, reducción de sesgo de clase, solidaridad, y salud física y mental. 

La educación permite a los jóvenes sentirse reconocidos como miembros útiles de la sociedad, da sentido a sus vidas. Como consecuencia de esto, el Estado ahorra recursos en políticas de protección social, salud y empleo.

Sin embargo, en esta coyuntura, la financiación no debería ser la única discusión que se da en el país en torno a la reforma de la educación superior, y en particular, la Ley 30. Esta es una coyuntura local y global histórica, un punto de inflexión para lo que ocurrirá con todo el sistema educativo, y en especial, la educación posmedia. Este país no puede dejar pasar esta oportunidad para repensar todo el sistema.

Educación obsoleta
Según el informe más reciente del Foro Económico Mundial del futuro del empleo, en el año 2030 que está a la vuelta de la esquina, el 30% de las ocupaciones que ahora existen estarán totalmente automatizadas. También reporta que cerca del 30% de las tareas del 65% de las ocupaciones se habrán automatizado para ese mismo año.

Esto implica, entre otras cosas, la obsolescencia de la educación superior pasa de 25 años, a ser de cerca de 5 años, en todas las disciplinas. Ante esta obsolescencia del conocimiento, se hace cada vez más necesaria la formación que permite trabajar en equipo, aprender y adaptarse, en general educación de calidad para toda la vida. "Es decir, vamos a tener que estudiar de manera continua para poder mantener actualizadas nuestras competencias y ser relevantes en el mundo".

Esa relevancia no es sólo a nivel laboral, sino que también implica entender la manera en que la vida personal, profesional y social evoluciona en un contexto tan digitalizado.

Aseguró que "No podemos seguir enseñando como lo hacíamos hace 20 años porque eso no es suficiente para ejercer profesionalmente, ser un ciudadano global que contribuye a las democracias o una persona que se comunica y se relaciona en la era de la revolución informática, personas capaces de pensar con rigor, de reflexionar, e ir más allá de lo que hacen las máquinas".

Esto implica que la educación debe ser ágil, flexible e incluyente. Que se debe actualizar de manera permanente y en concordancia con la evolución de la tecnología y los sectores económicos para que nuestros estudiantes sean relevantes. Las universidades no podemos hacer esto sin flexibilidad. Los programas deben renovarse de manera continua para atender el cambio en competencias.

Para poner un ejemplo, ofrecer el programa de inteligencia artificial, pero si la aprobación del registro calificado se demora 18 meses, el programa que propusimos ya será obsoleto. Si se quieren ajustar los programas en respuesta a cambios vertiginosos en los sectores económicos, no se puede esperar un año para recibir aprobación para cada cambio porque entonces varias cohortes de egresados estarán ya rezagadas al momento de graduarse.

Esto es lo que los jóvenes están pidiendo a gritos a las Universidades. “Que entendamos que esta es otra época, con otros retos y necesidades, que los desborda la incertidumbre del futuro porque todo cambia en un parpadear. Debemos prepararlos para ese futuro, no los podemos defraudar. Esto también implica que debemos fortalecer las artes y humanidades, las ciencias sociales, y las reflexiones humanas profundas para consolidar el pensamiento ético y crítico de los jóvenes que liderarán el mundo en la era en la que estamos en real riesgo por el cambio climático, la fragilidad de la democracia y la disrupción de las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. Actores sociales propositivos y no solo observadores y consumidores, personas cultivadas en su humanidad capaces de la empatía, la compasión y la solidaridad”, dijo la educadora.

Retos
La educación debe actualizarse de una manera contundente. No existen fórmulas que funcionen por una década, como nos pasaba a otras generaciones.”Viviremos en un mundo en el que la experimentación es nuestra mejor apuesta. Aprender, pilotar, implementar y evaluar. Trabajar con los sectores económicos de manera más cercana para lograr refinar las competencias de manera permanente, y definir las formas de enseñanza y aprendizaje que nos permitan formar esos jóvenes capaces de aprender a aprender, aprender a convivir, aprender a hacer, y aprender a emprender”.

“Eso no lo podremos hacer, señora Ministra, señor Presidente, sin una reforma visionaria, que entienda las implicaciones del futuro que nos espera, que piense en los retos que tendrán que enfrentar los jóvenes, más temprano que tarde. Esto requerirá que podamos ser más ágiles, que podamos crear módulos educativos cortos y diferenciales para los pilares de educación académica, formación técnica y tecnológica y para el trabajo y desarrollo humano, que tenga en cuenta trayectorias de vida diversas. Estos módulos deberían poder apilarse para otorgar grados formales y articularse a través de los diferentes niveles. De esta manera las personas pueden lograr empleabilidad que les permita financiar más educación. De otra parte, para lograr estar cerca de la meta de 500 mil cupos propuesta por el gobierno, será indispensable contar con el sistema de educación superior completo. La infraestructura y las características de alta calidad de las universidades no oficiales garantiza en el corto plazo la capacidad necesaria para el incremento de la cobertura, pero es necesario trabajar junto”, dijo.