Si la Reforma a la Salud se hunde, se aceleraría el colapso del actual modelo de atención
El anunciado pronunciamiento de nueve de los 14 senadores de la Comisión Séptima del Senado de hundir la reforma a la salud, es un tema que prende las alarmas porque acelerará el colapso del actual modelo de salud, que ya con 30 años, ha profundizado la brecha social de desigualdad, como lo muestran los principales indicadores trazadores del nivel de salud como lo son los de mortalidad infantil, mortalidad materna y de morbilidad que monitorizan los organismos supranacionales como lo son: la Organización Mundial de la Salud(OMS), Panamericana de la salud (OPS), El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)de la ONU, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Banco Interamericano de desarrollo (BID) y algunas investigaciones nacionales. Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera de los hoy $87 billones de recursos públicos a cargo de las EPS y que en su manejo, se apartaron de los postulados de una atención integral en salud, que comprende las acciones de promoción, prevención y predicción de la salud y sólo se concentraron parcialmente en los aspectos curativos o atención hospitalaria de la enfermedad.
Las estadísticas trazadoras críticas de la OCDE (2023) muestran cifras estigmatizantes: un colombiano tiene una expectativa promedio de vida al nacer de 76,9 años y muy por debajo de otros países latinoamericanos, como lo son Chile y Costa Rica. La mortalidad infantil por 1.000 nacidos vivos en Colombia es de 16,5 muy superior a las de México, Brasil, Perú, Costa Rica y Chile; asimismo la mortalidad materna por 100.000 nacidos vivos para Colombia es de 75, muy superior también a las de México, Costa Rica y Chile, entre otros. Estos indicadores vitales, nos permiten confirmar que es una enorme mentira, del tamaño de “una catedral” cuando se afirma, que tenemos uno de los mejores modelos de salud. Tenemos si, un nivel de afiliación a los intermediarios financieros (EPS) por encima del 98%, pero en la práctica no garantiza el efectivo acceso una atención oportuna e integral en salud. Como todo el modelo de salud se ha concentrado en la atención de la enfermedad y no en una atención integral, un estudio del BID (2023) indica que, el 17% de las hospitalizaciones en Colombia son evitables. También, varios estudios indican, por ejemplo, el de la Universidad de Antioquia (2021) que, el 68,2% de las muertes de infantiles (228.942 entre los años 2000 a 2019) eran prevenibles con una oportuna atención a dicha población. Aún no hay resultados de investigaciones sobre el lastre del llamado “paseo de la muerte” que se da cuando las EPS por no tener una red hospitalaria efectiva tiene que remitir sus pacientes de una ciudad a otra. Además, que las instituciones hospitalarias, públicas y privadas de Colombia, en total han perdido más de $32 billones pesos por la gran cantidad de EPS que se han liquidado sin pagarles sus carteras vencidas y difícilmente recuperables.
Todos los indicadores aquí mostrados, indican que el país está en mora de realizar una efectiva y profunda reforma estructural a su modelo de salud y todo ello libre de sesgos ideológicos. Ante este escenario, es urgente que el gobierno nacional lidere un efectivo consenso con los actores privados (EPS), las federaciones médicas, líderes políticos y organizaciones sociales para hacer realidad una reforma estructural al modelo de salud colombiano, transformándolo en un Efectivo Sistema de Salud. Se debe trabajar con el pragmatismo que reclama la sociedad, por ello es pertinente finalizar con lo expuesto por Mariana Mazzucato, cuando afirma:
“Tenemos tantos problemas que resolver, que debemos abandonar la ideología en favor de lo que funcione. El debate no es, si más Estado o más Sector Privado, sino el saber trabajar juntos”. Mariana Mazzucato