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Insuficiencia presupuestal

¿La insuficiencia presupuestal del gobierno central y la estrechez fiscal de las regiones podrían comprometer el crecimiento económico departamental? sería el interrogante para los tolimenses, y no el dilema, si los territorios pueden crecer sin desarrollarse.
Imagen
Álvaro Montoya
Crédito
Ecos del Combeima
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25 Ago 2024 - 8:07 COT por Álvaro Montoya

Aunque una cosa justifica la otra, suele suceder que los territorios crezcan económicamente sin mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Esa disparidad ha sido el gran desafío latinoamericano según el BID cuando nos enseña en su Informe Macroeconómico 2024 lo lento que ha sido el crecimiento de América Latina frente a países avanzados y una Asia Emergente, subrayando la productividad como el mayor de los causantes de esa diferencia, antes que otros componentes como el trabajo, el capital y la misma escolaridad.

Por ello nos quedamos con la productividad y la competitividad como el gran desafío departamental como lo propone la gobernadora Matiz y no con las apreciaciones que desmarcan el crecimiento del desarrollo, pues sería injustificable un crecimiento económico territorial sin apremiar su desarrollo social.

Un crecimiento económico territorial sostenible e incluyente del que se habla hoy, traería sin duda nuestros propios desafíos, y más cuando la mandataria de los tolimenses fue notificada formalmente en su última visita a Casa de Nariño de la limitada capacidad económica del gobierno central, quien propone inversiones concertadas a través de una mesa de trabajo con DNP y la Consejería para las Regiones en proyectos estratégicos de infraestructura, salud y educación, y especialmente en aquellos proyectos que ¨cierren la brecha social¨ según el querer del propio presidente Petro.

Después de esa notificación presidencial, para la mayoría de departamentos y especialmente para el Tolima, podría venir la ¨formula R de Resignación y Resistencia¨, pues los recursos para el departamento estarían restringidos y reducidas sus regalías, así el DNP haya comunicado su asignación, pues la incertidumbre es la nueva dueña de los presupuestos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos y Agencia Nacional de Minas como distribuidoras de los recursos entre las entidades territoriales beneficiarias. O sea que si sabemos contar no contemos con toda esa platica, así esos recursos ya estén incorporados en nuestro Plan de Desarrollo Departamental con cargo al capítulo especial del Sistema General de Regalías SGR.

Productividad, innovación y mucha imaginación para superar la insuficiencia presupuestal, echando mano de nuestras fortalezas, pues si no reaccionamos, podríamos ya no crecer para desarrollarnos, sino decrecer para estancarnos.

Cundinamarca es de los pocos departamentos que ha crecido económicamente y algo se ha desarrollado, entre otras razones por lo siguiente. Primero, porque gobierna desde Bogotá y sin duda allí el país sigue tomando todo tipo de decisiones, y  además el Distrito Capital como el gran mercado nacional, lo justifica casi todo; y segundo, porque viene actuando estratégicamente como región, pues su participación en el PIB nacional hace 20 años era del 5,78% y hoy es del 6,32%, a diferencia del Tolima por ejemplo, que hace dos décadas era del 2,27% y hoy escasamente llega al 2,12%; además Cundinamarca lidera en el IDC el pilar Institucional, gracias a los buenos resultados en gestión de recursos, autonomía fiscal y el entorno para los negocios.

Bogotá y Cundinamarca deberían ser nuestra oportunidad, aunque la realidad nos diga otra cosa, pues sentimos al DC. cada vez más lejos por la inoperancia de la tercera calzada, y una Bogotá-Región que pareciera llegar hasta los limites de Cundinamarca. Por ello todos esos súper proyectos que requiere Bogotá para atender organizadamente su mercado se quedan en Cundinamarca, sin comprender que es el Tolima el verdadero conector con el Eje Cafetero y todo el Sur Oriente y Sur Occidente del país.

Ya iniciamos con un Tolima Centro de Inversión y una Ibagué Zona Económica Especial, como protagonistas ambas de una Rape Central y del Eje Cafetero, ojalá integradoras y propositivas, en el entendido que el gran mercado se llama Bogotá.  Desafío con buenos resultados en la gestión de recursos, autonomía fiscal y mejoramiento en el entorno para los negocios tal como lo hizo Cundinamarca, pero con una agenda interna para la productividad y la concentración plena en nuestro propio plan de desarrollo, así toque ajustarlo tempranamente para incorporar nuevas fuentes de financiamiento, nuevos recursos y un mayor protagonismo de las alianzas con los privados.