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Ibagué se desindustrializó y desde allí se desempleó

Eso sí, sin menospreciar los beneficios y aportes originados por otros sectores como la agricultura, la construcción y los servicios.
Imagen
Álvaro Montoya
Crédito
Ecos del Combeima
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6 Oct 2024 - 11:09 COT por Álvaro Montoya

Buena parte de los beneficios que trae la industrialización de los territorios es sin duda la generación de un empleo digno y estable para su gente, además de ser el gran aportador en materia impositiva y hecho generador de la dinámica económica local; eso sí, sin menospreciar los beneficios y aportes originados por otros sectores como la agricultura, la construcción y los servicios.

Lo anterior para descifrar cual ha sido el verdadero problema de Ibagué ahora que las cosas vuelven a su orden, y una vez más la capital tolimense recupera el deshonroso tercer puesto del ranking nacional en materia de desempleo, acompañado como siempre en ese podio de las capitales del Chocó y la Guajira, que siendo regiones tan ricas, paradójicamente tienen las poblaciones más pobres y desatendidas de este país. Y entonces y por ser esa una condición extraordinaria y fuera de contexto, podríamos decir sin sonrojarnos que Ibagué es la ¨fuera de serie¨ en este aspecto y sin duda la verdadera dueña de ese trofeo.

El Tolima se quedó con la tragedia de Armero y sus 25.000 muertos hace casi 40 años, pero luego y en tan solo una década perdió todas las excepciones tributarias y arancelarias que trajo esa emergencia, y que seguidamente también perdió toda la industria que llegó motivada por aquella ley 44 del 1987. Así que no logramos sostener la industria, ni las condiciones tributarias excepcionales que nos otorgaron, como sí lo hicieron otras regiones del país, por ejemplo el departamento del Cauca, donde una vez terminó la Ley Páez migró a los regímenes especiales de zonas francas y zonas especiales, tanto así que hoy permanece allí la industria que llegó en esa pos-tragedia, y mucha otra que aún sigue llegando.

Muy cerca del año 2000 cuando dio el momento de quiebre, o sea el instante que terminaron los incentivos tributarios para el Tolima, Ibagué venía con una tasa de desempleo por debajo de la media nacional y un crecimiento en su PIB muy superior al promedio nacional, y no solo en uno sino en los tres sectores económicos; pero una vez terminaron las exoneraciones y llegó la crisis económica de la segunda mitad de los 90, la tal crisis se quedó y se prolongó al punto que aún no hemos resuelto ese enigma para superarlo. Con el pasado milenio se fueron los beneficios tributarios del Tolima, y con ellos también su industria, y el empleo formal y estable que la asistía, así se agudizó la crisis, Ibagué se desindustrializó y el desempleó se disparó.

Para estar a la par de las otras capitales según el Centro de Estudios Regionales del Banco de la República, durante el periodo 2002 al 2013 Ibagué tendría que haber generado en ese periodo de tiempo 72.600 nuevos empleos y tan solo creó 58.900, concluyendo que esos 13.700 empleos faltantes fueron consecuencia del poco crecimiento económico que se tuvo en ese periodo de tiempo. Rezago que 25 años después Ibagué no logra superar y sigue con el desempleo como su peor karma del siglo XXI; pero lo más irónico es que el mismo gobierno nacional conociendo de esa calamidad y desorden económico poblacional, lo ignora y permite que Ibagué como región renuncie en el año 2019 al Régimen Franco Especial (Zona Franca de Ibagué), y que además ese mismo año, se excluya la ciudad de la ZESE (Zonas Económicas y Sociales Especiales) como campeona nacional del desempleo.  Régimen Especial Tributario creado precisa y específicamente para ciudades que habiendo sufrido el flagelo del desempleo aún permanecían en él, como se dio con Riohacha y  Quibdó, e ¨irónicamente¨ con Cúcuta y Armenia, entre otras ciudades que habían tenido tasas de desempleo muy inferiores y por menos tiempo, que las registradas en Ibagué por décadas.      

Hoy, ese 15,2% de tasa de desempleo que señala el DANE para Ibagué en agosto 2024 y que lo ratifica como ¨fuera de serie¨ con 5 puntos por encima del 10% de tasa promedio en las 13 ciudades intermedias y el 9,7% como tasa nacional, y que viene siendo refrendado trimestre tras trimestre durante más de 2 décadas y media, marca ya cerca de 40.000 ibaguereños sin empleo y más de 120.000 medianamente ocupados en actividades temporales (informales) que no logran generar ingresos suficientes para sus familias.

Ya no se sabe si insistir más en ello o entender de una vez por todas, que son estos indicadores junto con la miseria y el analfabetismo, los que gustan por aquellos que dicen dominar políticamente los territorios.