Conpes del Agua para ciudades colombianas a propósito de la COP16
Cuando se lucha contra la desigualdad y la pobreza, o se procura el bienestar de las comunidades, todo empieza y termina con el agua, su calidad y cobertura; pues sin este mínimo vital no hay alimentación básica ni la posibilidad de reconstruir un sueño colectivo. Que dicha tan grande allanar esa premisa poblacional y que fortuna tan especial para cualquier municipio o ciudad superar esa agonía.
Ahora que se vino para Colombia la Conferencia número 16 de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad y con ello una oportuna exposición mediática para nuestro territorio, donde se refrendará el compromiso global por la conservación de los recursos naturales, revisando de cada país sus estrategias y planes sobre esa responsabilidad; será un momento histórico para la Colombia Potencia Mundial de la Vida, aunque la verdad no ha sido el foco de atracción que se esperaba, pues escasea la mirada consciente de los grandes lideres del mundo y grandes potencias como responsables de lo hecho con el planeta, y que al parecer brillarán por su ausencia. El secretario general de la ONU Antonio Guterres, por ejemplo, que se rasga las vestiduras por la ebullición global, nunca pensó aperturar esta conferencia así sea Colombia un país realmente biodiverso y centinela del Amazonas como pulmón del mundo, cuyo presidente amplifica su lucha ambientalista, cada vez que puede.
La COP16 siendo uno de los eventos más importantes del mundo para este cuarto trimestre 2024, posa de importante más no de urgente para la geopolítica internacional, como si lo es la Guerra en Ucrania, el Medio Oriente, o las próximas elecciones en los Estados Unidos. Tal vez por ello, no refrendan con su presencia esa cumbre, dejándola pasar simplemente como un evento anual sobre la biodiversidad, con la presencia reconfirmada del presidente del Brasil Lula da Silva, pero básicamente para recibir la antorcha que lo acredita como el próximo anfitrión de la COP30 que se realizará durante el 2025 en su país, y donde anticipadamente asegura la presencia el saliente secretario general de la ONU. Son los intereses de los verdaderos dueños del mundo y no los del planeta mismo, los que le dan trascendencia o no, a este tipo de eventos.
Pero aterrizando un poco en nuestra propia realidad, podríamos decir sin lugar a duda que este evento dejará además de muchas reflexiones ambientales un gran impacto socioeconómico en la zona donde se desarrolla, pues serán miles y miles los extranjeros que allí estarán dinamizando esa economía subregional del sur occidente del país.
Ojalá allí salgan argumentos y justificaciones para avanzar en el Conpes del Agua para las ciudades colombianas de aproximadamente $13 billones del que tanto habla el senador Miguel Barreto, y en el que pretende además incluir el Conpes del Agua para la ciudad de Ibagué por $1.5 billones. Habría que creerle al senador, pues él mismo sacó adelante el Conpen del SETP para esta ciudad, por más de $560.000 millones.
Ahora que en Ibagué se puso en marcha el segundo acueducto, superando la agonía casi infinita de contar con agua permanente y pura, acompañamos este sueño colectivo de ciudad, así sea señalada en el Índice de Competitividad de Ciudades-ICC 2024 como una de las peores en materia de sostenibilidad ambiental.
Por ello, sugerimos lo siguiente: Primero, que gran parte de ese esfuerzo económico nacional vaya encaminado a superar de una vez por todas las cuantiosas perdidas técnicas por fugas de agua en las redes urbanas de todo el país, pues no es solamente la cantidad de dinero que cuesta tratar ese preciado liquido, es también la afectación misma sobre las fuentes hídricas disponibles donde innecesariamente se capta, trata y distribuye el agua, para luego dilapidarla. Y segundo, que siendo una emergencia nacional, Colombia debe exponerla ante la COP16, e incluirla en su plan de acción como país, incorporándola en su ¨Conpes del Agua para las Ciudades¨ que sumado a un ayuda internacional, podría dar solución definitiva e integral al mayor de sus problemas ambientales. Problema que no está en las fuentes hídricas que mal protege ni en su disponibilidad, sino en el uso inapropiado de ellas, pues Colombia desperdicia por cuenta de la desidia estatal, la inconciencia institucional y el mal estados de sus redes hídricas urbanas, ríos enteros de agua ya tratada y habilitada para el consumo humano, que le ha costado más dinero que cualquier ley de financiamiento o presupuesto ministerial.
Ante La COP16 debemos evidenciar con grandeza, que Colombia siendo uno de los países mas ricos del mundo en materia hídrica con 2.132 kms2 de agua, paradójicamente dilapida diariamente millones y millones de metros cúbicos de agua ya tratada, y con ellos igualmente billones de pesos a través de sus redes hídricas urbanas, que más que acueductos parecen coladores, y que necesitan con urgencia la atención del mundo para avanzar en una solución definitiva.
Así mi senador Barreto, que si usted está pidiendo ayuda para la construcción de un buen Conpes del Agua para su querida Ibagué, nuestra sugerencia es que este documento se enfoque en superar las fugas técnicas de agua presentadas en esta ciudad, pues siendo así, podría estar no solo protegiendo las fuentes hídricas a las que se acude para cubrir este desperdicio, sino que también optimizando el presupuesto anual de la empresa Ibal cuando asume el costo total de la fugas de agua, que bien podría superar el 50% de toda el agua tratada y habilitada desde sus plantas; pero específicamente las perdidas técnicas que son única responsabilidad de la empresa y no de terceros, que bien podría cuantificarse en un 27% según la empresa misma, donde solo ello implica en costos, cerca de $30.000 millones anuales.