Colombia entre la rubia y la morena
Las dos atraídas por sus costas interoceánicas, recursos naturales, riqueza hídrica e inmensa biodiversidad, su infinita capacidad agroalimentaria y especialmente por su probada estabilidad económica y privilegiada posición geográfica estratégica. Las dos representan las economías más poderosas del planeta como también las más atractivas y valiosas en materia de comercio e inversión para cualquier país del mundo; pues Colombia estaría hoy entre el renovado interés Estadunidense y la persistente seducción de una China progresista y poderosa,
La administración Trump en su nueva estrategia global procurará un relevo pronto y seguro en su proveeduría de productos y servicios provenientes del gigante asiático, y para ello renovará un particular interés por sus aliados naturales que estando en su patio trasero tienen hoy con EU una balanza comercial negativa; con ellos tendría mucho de lo que actualmente importa de la república popular y serviría entonces para diezmar esa fluida y hasta dependiente relación comercial, como también para desacelerar ese crecimiento comercial que el gigante está desarrollando con algunos países llamados aliados para los norteamericanos pero que vienen siendo destinatarios de esa avalancha inversionista del gobierno como de empresarios chinos.
Pero cómo no dimensionar la oportunidad que tendría Colombia si se hace aún más atractiva para estas dos poderosas economías, invirtiendo muchas de sus capacidades en la seguridad que sigue afeando como afectando su imagen internacional, y represando mucha de esa Inversión Extranjera Directa IED y mucho de nuestro potencial exportador.
Cómo no dimensionar también, que podríamos retomar el crecimiento en la exportación de café sin tostar a los Estados Unidos donde hemos perdido cerca del 52% o cómo no entender que podemos seguir creciendo en la venta de grasas y aceites vegetales así hayamos doblado su exportación, o no ver la oportunidad que nos da el mercado norteamericano para seguir creciendo en el envío de Limón Tahití, Panela, manufactura y hasta en el sector textil donde decrecimos un -8,2%, o en algunos bienes minero-energéticos que se dejaron de exportar. Estados Unidos de por sí, es nuestro mercado natural donde paradójicamente hoy aumenta el número de oportunidades para el vecindario, gracias a sus nuevas determinaciones comerciales.
Pero muy en contravía de lo que pudiese suceder con la determinación Trump, ya en Suramérica los chinos ocuparon y vienen ocupando muchos de esos espacios cedidos en ausencia del poderío económico Estadunidense, multiplicando su comercio e inversiones según la CEPAL en 35 veces durante las últimas dos décadas mientras con el resto del mundo solo se multiplicó por 4. Tanto así que para algunas economías, la relacion, inversión y comercio con la China se volvió determinante, tal es el caso de Chile y Perú.
Todo lo anterior sin contar con la determinación China de redoblar esfuerzos e inversiones en países claves que aceptando ser aliados faciliten su llegada y protejan su inversión, como viene sucediendo con México, Panamá, Venezuela, Brasil y Perú, donde se ha ido más allá, participando en otros reglones como el educativo-cultural y particularmente en sectores estratégicos como defensa y seguridad.
Para la muestra un botón, cuando vimos como se dio la visita del gobierno chino en algunos departamentos del país entre ellos el Tolima, donde acompañado de grandes y poderosos empresarios expusieron sus propósitos y ratificaron su intencion de invertir en países y regiones como la nuestra, especialmente en telecomunicaciones, paneles solares, digitalización, tecnología financiera e inteligencia artificial. Aquí el beneficiado podría ser Colombia y en Colombia departamentos como el Tolima.
El dilema sería, si es mejor dejarse atraer por el encanto de la economía norteamericana o ceder ante la seducción china, pues no será fácil en adelante mantenerse neutro en este pulso económico que promete ser de extremos, ni pensar tampoco jugar con la rubia y la morena al mismo tiempo, creyendo que todo esto es una melodía, tal como la interpreta magistralmente Alfredo Gutiérrez cuando canta ¨si una se pone rabiosa la otra se pone contenta¨.