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Cuando falla la diplomacia: lecciones de una crisis evitable

Aunque nos duela el trato que reciben muchas personas que no son, ni de lejos, lo que Trump afirma, la lección es clara: no debemos inmiscuirnos en los asuntos internos de otras naciones.
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Suejto
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Suministrado
2 Feb 2025 - 10:40 COT por Ecos del Combeima

El pasado 26 de enero, Colombia enfrentó uno de los momentos más tensos en materia de relaciones internacionales en los últimos años. No pretendo condenar al presidente Gustavo Petro, pero es importante reconocer que, desde la perspectiva de la geopolítica, el concepto de "países hermanos" no existe. Las naciones no tienen intereses propios; son sus gobernantes quienes establecen sus objetivos y estrategias. Por ello, resulta fundamental destacar que para un país como Colombia, que ha mantenido excelentes relaciones comerciales, políticas y administrativas con Estados Unidos durante más de 25 años, una declaración imprudente o el anuncio de una guerra arancelaria podrían acarrear serias consecuencias.

Si analizamos las cifras de exportación de Colombia, podemos ver que casi el 30 % de nuestras ventas dependen del mercado estadounidense. Además, acuerdos como los Tratados de Libre Comercio (TLC) vigentes, han facilitado operaciones comerciales clave, impulsando sectores fundamentales para la economía del país, como el café. En este contexto, un aumento del 25 % en los aranceles para los productos colombianos que ingresan a Estados Unidos representaría un golpe devastador, llevando a la quiebra a miles de empresarios y productores, especialmente en el sector agropecuario, que depende en gran medida de esta relación comercial.

Creo firmemente en la importancia del diálogo y el entendimiento entre las partes, así como en valores fundamentales, como el respeto, que no son negociables. Sin embargo, en esta ocasión, es necesario enfatizar que el trato a un ser humano no debe estar condicionado por su lugar de origen, las razones que lo llevaron a emigrar, las circunstancias de su partida o la necesidad de ingresar de manera irregular a otro país en busca de mejores oportunidades. Ninguna de estas situaciones lo convierte en un criminal, y mucho menos debería ser utilizado como instrumento de proselitismo político basado en el odio.

Como apasionado de la historia, puedo decirles que culpar a los extranjeros, a ciertas etnias o a regiones distintas por los problemas económicos no es un fenómeno nuevo. A lo largo del tiempo, este tipo de discursos han sido utilizados sin considerar las graves consecuencias que pueden traer a futuro. No olvidemos el caso de un pintor que, en la Alemania de los años 30, utilizó esta retórica para llegar al poder, culminando en 1939 con el inicio de una de las mayores tragedias de la humanidad.

Dejemos a un lado la historia, los valores y las ideologías para enfocarnos en un aspecto crucial para los colombianos: nuestra política diplomática internacional. Resulta incomprensible que, en lugar de impulsar acciones que garanticen un proceso humanitario para nuestros connacionales que serán deportados, el gobierno no active plenamente a la embajada para gestionar medidas que aseguren un trato justo y digno. Los consulados deberían estar al servicio de nuestros compatriotas en este difícil momento. Sin embargo, en lugar de asumir este reto con seriedad, el presidente opta por gobernar a través de Twitter, olvidando que la diplomacia no se ejerce con publicaciones en redes sociales, sino con estrategias y acciones concretas.

Aunque el impasse ya fue superado y, por ahora, no se han aplicado aranceles, lo ocurrido evidencia la fragilidad de la política internacional del país y la improvisación con la que el gobierno maneja asuntos de gran sensibilidad. Aunque nos duela el trato que reciben muchas personas que no son, ni de lejos, lo que Trump afirma, la lección es clara: no debemos inmiscuirnos en los asuntos internos de otras naciones. Bastante tenemos con los desafíos que enfrenta nuestro propio país.

Omar Julián Valdés Navarro

  • Administrador de empresas
  • Profesional en ciencias militares
  • Especialista en gestión del talento humano 
  • Especialista en derecho administrativo 
  • Magister en administración de empresas
     
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