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Ibagué, lugar de oportunidades

La riqueza natural de Ibagué es su mayor tesoro. Respetarla y protegerla es el camino hacia un desarrollo armonioso y sostenible.
Imagen
Gloria Aponte
Crédito
Suministrado
3 Mar 2025 - 20:14 COT por Ecos del Combeima

Paulatinamente, aunque tarde, los ciudadanos nos vamos percatando de los efectos negativos, de la variabilidad climática que nos afecta y a la que todos hemos contribuido y continuamos haciéndolo, desde todos los estamentos de la sociedad, grupos sociales, estratos o comunidades. Un ejemplo, entre muchos otros que a diario se presentan, es el que viene a continuación.

El viernes 21 de febrero con nutrida participación -más de la esperada- se llevó a cabo en Bogotá el evento Ibagué ciudad de oportunidades, organizado por Ecos del Combeima y la Alcaldía de Ibagué. Sorprendente la cantidad de presentaciones de alto nivel, hablando sobre cualidades y atractivos de esta ciudad.

Impresiona profundamente, eso sí, que en las cuatro horas y media de duración del evento ninguno de los expositores haya mencionado la principal riqueza de este LUGAR: ¡su naturaleza! Aquella sobre la cual se ha desarrollado un urbanismo invasivo, desordenado, desatento e irrespetuoso a los lineamientos que la base natural ofrece, que son en resumen los siguientes: 1) un relieve rugoso, muy diferente al de las tan mencionadas Bogotá, Cali y Medellín. 2) un sistema hidrográfico único, pero el que desafortunadamente ni la administración pública conoce, pues en la cartografía del Plan de Ordenamiento Territorial de 2014, se le denomina “Amenazas Lahares”, promoviendo que la ciudadanía perciba el agua no como el bien vital que es, sino como una amenaza, y por lo mismo la esconda, la atropelle y la desconozca totalmente (caso emblemático el del río Opia), 3) una vegetación de las más diversas por área, en el país, plena de samanes, iguás, cámbulos y gualandayes, clavellinos y… ah! sí, ocobos. 4) una fauna (guatines y ardillas fáciles de encontrar) y avifauna que ha fomentado un consolidado avistamiento de aves aún dentro del perímetro urbano.

La articulación equilibrada de la riqueza natural como como fundamento sine qua non, de las intervenciones urbanas y de infraestructura, sin duda ofrece un hábitat armonioso de profundo atractivo, donde los habitantes se sientan acogidos, se identifiquen con el lugar y se sientan responsables de su cuidado. 
La base para ello es una norma que tampoco se mencionó o desarrolló en el evento: la Estructura Ecológica Principal Urbana de Ibagué (Decreto 1055 de 2019). La EEPU es de mayor jerarquía que el POT, del cual si se habló ampliamente, a pesar de que ya se hace tarde para iniciar su revisión y ojalá merecida reformulación.

Así que, desde este punto de vista, ¡claro que Ibagué ofrece grandes oportunidades! Por ejemplo, la de rescatar su naturaleza, la de que sus desarrolladores, urbanistas, constructores e inversores aprendan a reconocer valores que realmente trascienden y que al ser respetados contribuyen a la urgente resistencia frente al cambio climático. Este panorama, contribuye también a un mayor interés de la gente por habitar aquí y por hacer uso de los equipamientos comerciales que los inversores ofrezcan y por ende vendrá su ganancia económica, pero con la satisfacción de haber atendido el carácter de este maravilloso LUGAR. 

Por: Gloria Aponte