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La distribución de la propiedad en Colombia

Es necesario realizar un análisis a estas cifras, toda vez que la esperanza de alcanzar un desarrollo económico sostenible que nos permita avanzar en aspectos sociales esenciales para reducir la brecha de desigualdad.
Imagen
José Adrián Monroy
Crédito
Ecos del Combeima
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28 Abr 2024 - 10:30 COT por José Adrián Monroy

El Instituto Geográfico Colombiano Agustín Codazzi, dio a conocer el resultado de un estudio denominado: “Fragmentación y distribución de la propiedad rural en Colombia”, con el cual actualiza la fotografía de cómo está la distribución de la tierra en el país, enfocándose particularmente en aquellas tierras del sector rural que tienen vocación o destino agropecuario.

Este informe es muy interesante porque da a conocer la realidad de cómo está repartida la tierra en el país, algo que ha sido materia de discusión a lo largo de toda nuestra historia y una de las principales causas de la violencia vivida en el siglo pasado. Un primer dato y conclusión de este reporte es que hoy en día hay 4,5 millones de hectáreas rurales en el territorio nacional, de las cuales 3,6 millones son predios privados y a su vez 2,4 millones tienen un destino netamente agropecuario.

En cuanto a los 2,4 millones de hectáreas del sector rural que tienen una vocación netamente agrícola, el IGAC advierte que si bien el 65,8% de los predios que son dueños de estas tierras son microfundios, es decir que tienen menos de tres hectáreas de extensión, estos apenas comprenden el 4% del territorio medido. El 17,1 % de los predios se consideran minifundios (de 3 a 10 hectáreas) y en estos está concentrado el 7% de las hectáreas, misma distribución para las pequeñas propiedades (de 10 a 20 hectáreas); mientras que la mediana propiedad (entre 20 y 200 hectáreas) abarca el 39% del territorio.

Es necesario realizar un análisis a estas cifras, toda vez que la esperanza de alcanzar un desarrollo económico sostenible que nos permita avanzar en aspectos sociales esenciales para reducir la brecha de desigualdad, educación y salud, depende del uso y la proyección que le demos a las zonas rurales del país. El turismo ecológico, la agroindustria y el abastecimiento interno de alimentos depende de ello.

Por lo anterior, es importante que se ponga sobre la mesa cuál es la política pública que le dará el impulso que anhela el campo; se habla de una reforma tributaria que quiere hacer una redistribución, pero no con el ánimo de darle un nuevo enfoque a la producción rural, sino con fines electoreros. Antes de eso, pensemos en el mejoramiento de la red terciaria, el fondo de estabilización de precios para muchos productos, en proyectos de ciencia, tecnología e innovación.