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¿Y la economía qué?

No se trata de ser pesimista, negativo o incendiario, pero estamos al borde de una recesión económica que nos ubica muy lejos de poder cumplir con el potencial de crecimiento de largo plazo.
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José Adrián Monroy
Crédito
Ecos del Combeima
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18 Mayo 2024 - 21:37 COT por José Adrián Monroy

Ya está demostrado que la columna vertebral de la sociedad es la economía, pues determina el costo de vida, expectativas a mediano y largo plazo, y la estabilidad que se traduce en bienestar para todos. Tambien, es evidente que el comportamiento económico es directamente proporcional al comportamiento del Gobierno Nacional, que, para nuestro caso, es un Gobierno con una constante actitud de incertidumbre jurídica, inestabilidad política y con improvisación en políticas publicas y visión de futuro.

La prueba de lo anterior son los datos: el Dane reveló esta semana que la economía creció 0,7 por ciento en el primer trimestre de este año, muy lejos del 2,7 por ciento registrado en el mismo periodo del año pasado. Además, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 2023 Panamá creció 6,1 por ciento; Costa Rica, 4,9 por ciento; Paraguay, 4,5 por ciento, y México, 3,6 por ciento; es decir, que estamos al mismo nivel de crecimiento de Cuba, Haití, Perú, Argentina y Chile, países que tienen o han tenido, gobiernos desordenados y con propuestas ideológicas fallidas.

Adicionalmente, las cifras indican que, en el primer trimestre de este año, la tasa de desempleo creció al 11,9 por ciento. La tasa de desocupación, en el caso de las mujeres, fue de 15 por ciento, y de 9,6 por ciento para los hombres. La tasa de desempleo de los jóvenes entre 15 y 28 años fue del 20 por ciento.

Y como si fuera poco, la ultima reforma tributaria impulsada por este gobierno, tiene asfixiado el sector empresarial y las personas naturales, con cargas impositivas que pueden llegar hasta al 35%, situación que ha hecho que la inversión cayera en un 24,8 por ciento en 2023, comparado con 2022 y como porcentaje del PIB, durante el cuarto trimestre del año pasado, llegó a un mínimo en décadas, ubicándose en 10,5 por ciento, frente a un promedio histórico de 21 por ciento.

No se trata de ser pesimista, negativo o incendiario, pero estamos al borde de una recesión económica que nos ubica muy lejos de poder cumplir con el potencial de crecimiento de largo plazo. Resulta obligatorio, que  en lugar de mantener una posición facilista al hacer reformas tributarias que solo afectan a un segmento de la población, se trabajara por poner en regla a los evasores, que según múltiples estudios, pueden alcanzar hasta el 50%; pero sobre todo, manejar al país con seriedad, porque el dinero que se ha venido recaudando no está resolviendo ningún problema estructural, todo lo contrario, ha servido para alimentar los apetitos burocráticos, clientelistas y de poder, de una izquierda a la quedó grande Colombia.