La Cámara de Representantes aprobó el texto definitivo de la reforma pensional, previamente ratificado por el Senado, con 86 votos a favor y 37 en contra.

La sesión se desarrolló en un ambiente tenso, con acusaciones de manipulación por parte del Gobierno y críticas de los partidos de la oposición, que señalaron la prisa de algunos parlamentarios oficialistas por regresar a sus lugares de origen.

Sin embargo, se conoció que tres representantes votaron negativamente a la proposición que suprimía el debate en Cámara.

Se trata de Andrés Cancimance, Alejandra Vásquez y Carmen Ramírez, quienes fueron fuertemente criticadas por el progresismo.

Ante los cuestionamientos, Vásquez se pronunció y aseguró que su voto "no fue en contra de la reforma sino en contra de la no deliberación en la Cámara Representantes donde se desestimó el trabajo juicioso y las concesiones a los que habíamos llegado en tercer debate de la Comisión Séptima de la Cámara".

Y agregó: "Fue apresurado a votar lo que venía al Senado sin dar el debate en plenaria de la Cámara y más cuando quedaban al menos seis días para hacerlo antes del 20 de junio. Incluso, no hay que desconocer que la Cámara de Representantes puede citar por reglamento hasta los domingos para sesionar".

Finalmente, indicó que la personal, al ser un proyecto tan importante, no debió haberse dejado a expensas de que la Corte Constitucional lo pueda tumbar por principios de publicidad y de deliberación. "Los tiempos para este proyecto hubiese sido aprobado de forma blindada, estaban dados, pero pudo más el afán", concluyó.

Por su parte, Carmen Ramírez también se pronunció en el marco de la aprobación de la pensional de Petro.