En los próximos días la Lotería del Tolima abrirá pliego de condiciones para licitar el nuevo contrato para el manejo exclusivo de juegos y apuestas permanentes en el departamento, que vence en diciembre de este año. 

El contrato, uno de los más importantes del cuatrenio por el monto que le representa al departamento, es reglado por la Ley 1393 de 2010, que es la que define los aportes que estas empresas deben hacer a la salud de los entes territoriales, de acuerdo con los recursos que ellas mismas declaran, lo que ha causado gran inconformidad.

A plata blanca, para algunos, es la buena fe de las empresas contratistas, que en el caso del Tolima se llama Apuestas Gana Gana, la que define el monto de los aportes, de acuerdo con los topes que exige la ley, (pero confiando en que los empresarios reporten el total de sus ingresos) y así mismo el costo de la licitación a partir de las ventas registradas durante el cuatrenio. 

En el Tolima, al parecer, el proceso contractual tanto por parte de los funcionarios públicos como por parte de los empresarios no ha sido completamente transparente, por lo que en los entes de control reposan varios expedientes. La memoria de los tolimenses no olvida el penoso hecho ocurrido hace algunos años cuando un periodista radial de este departamento hablaba con otro acerca del ofrecimiento de un empresario del chance que les ofrecería dinero para que presionaran al gobierno departamental para que le fuera entregada la licitación.

Del proceso surgen varias preguntas: ¿Por qué se ha venido reduciendo paulatinamente los aportes que estas empresas deben hacer a la salud del departamento? En el gobierno de Carlos García Orjuela, el contrato costó 24 mil millones de pesos por dos años y medio. El contrato vigente, establecido en el gobierno de Fernando Osorio Cuenca antes de que venciera, fue adjudicado por cinco años por Juan Ricardo Rueda por un poco más de 33 mil millones de pesos, una cifra notablemente menor.