El alcalde de Rovira, Diego Andrés Guerra, hizo un angustioso llamado desde el hospital Federico Lleras Acosta en el que se encuentra luchando contra el COVID-19 a la ciudadanía para que no bajen la guardia contra la pandemia.

Guerra aseguró en un Facebook Live que estuvo casi nueve días boca abajo, esperando la evolución de la enfermedad en su cuerpo, en la transmisión el mandatario insistió que es Dios el que lo está recuperando.

“Dios existe, me dio la vida nuevamente, Dios es la persona que me tiene hablando con ustedes, les pido mucha oración. Dios es real, Dios existe, es la segunda vez que me pongo en una situación crítica, recuerden que estuve una vez en la cárcel y de allá me sacó Dios”, dijo el mandatario.

Según el relato, los médicos no se explican cómo bajo de un momento a otro la infección pulmonar. “Yo debería estar en una situación peor, no se explican como hoy hablo, pase de tener unos parámetros casi para entubarme a los que tuve cuando entré”.  

Guerra desde una cama UCI explicó cómo se complicó su estado de salud durante el aislamiento que guardaba en su casa, el mandatario local estuvo a punto de ser intubado debido a los problemas respiratorios que le generó la enfermedad.

“Progresivamente fui deteriorando mi estado de salud, pasé a tener dificultades para respirar, las radiografías se complicaron, la infección viral avanzó de forma agresiva, me ocupó las dos terceras parte de mis pulmones e incluso estuvieron a punto de intubarme”.

La decisión del hermano del alcalde fue esperar hasta último momento para evitar intubar, situación que permitió que el cuerpo se recuperará hasta el punto que el mandatario de Rovira se encuentra aún en la UCI con una cánula, pero con bajo flujo de oxígeno.