La capital tolimense ha estado inmersa en una poderosa temporada de lluvias, panorama que ha estado generando varias emergencias a lo largo de los días, la de mayor impacto tuvo lugar la semana pasada (19 de octubre) en la primera etapa del barrio Jardín, zona en la que se reportaron importantes pérdidas materiales.

Es entonces cuando surge la pregunta: ¿Ibagué está preparada para una emergencia invernal? Según Carmen Sofía Bonilla, secretaria de Ambiente y Gestión del Riesgo, “los organismos de socorro en su totalidad han estado muy atentos en esta temporada de lluvias. Hemos estado en Consejo Municipal de Gestión del Riesgo Extraordinario. Seguimos atendiendo emergencias y continúan informándonos de situaciones que se vienen presentando por deslizamiento de tierra en diferentes zonas. Esto que sucedió el 19 de octubre, esperamos no vuelva a ocurrir porque fue el peor aguacero en 20 años”, indicó.

Por su parte, el mayor Luis Fernando Vélez, director de Defensa Civil del Tolima sostuvo que la entidad sí está preparada para este tipo de calamidades, no obstante, señala que cuando las emergencias ocurren en varias zonas al mismo tiempo, se sobrepasa la capacidad de respuesta de los organismos de socorro.

“Nuestro Cuerpo Oficial de Bomberos tiene una capacidad de respuesta inmediata. Claro que estamos preparados, lo que pasa es que hay situaciones de origen natural que ocurren simultáneamente en diferentes puntos de la ciudad, como sucedió la semana pasada, y pues sobrepasa la capacidad de respuesta de cualquier organismo de socorro”, aseguró Vélez.

En ese sentido, en torno al panorama aún se siguen tejiendo muchas dudas, sobre todo teniendo en cuenta que esta vez se afectó más el casco urbano, especialmente el área alrededor de Homecenter.

“Cada vez que suceden este tipo de situaciones, la culpa siempre es de la Administración Municipal, pero aquí hay muchas competencias de otras entidades. Luego de que el Plan Nacional de Desarrollo incluyera un artículo e integrara la Ley 28 en el año 74 de zonas de retiro, determinó que las corporaciones estaban en la obligación de realizar dos cosas: la cuota máxima de inundación de lluvias y la zona de retiro que la norma dice que es hasta 30 m de retiro después de la cuota máxima”, acotó la secretaria de Ambiente y Gestión del Riesgo.

Y es que, Bonilla sostuvo que Cortolima no ha llevado a cabo el proceso administrativo que define lo anteriormente mencionado, situación que ha obstaculizado el proceso de censo en las áreas de riesgo.  

“Después de esta normativa, Cortolima en el 2015 sacó un acto administrativo donde para poder dar cumplimiento tenía que definirse esas zonas de retiro y las cuotas máximas de inundación. Fue un acto administrativo parcial y no se ha terminado (...) Por responsabilidad con la ciudad, hay que definir exactamente las cuotas máximas de inundación, más las zonas de retiro para poder evacuar y atender emergencias, pero esa línea debe darla la corporación, no el municipio, es Cortolima”, dijo la funcionaria. 

Así mismo, hizo un llamado para que dicho acto administrativo se culmine y así pueda ser incluido en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), para que así la Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo pueda censar adecuadamente a las personas que se encuentran en zonas de riesgo.

“Quiero hacer un llamado respetuoso y con cariño, necesitamos ya ese acto administrativo para incorporarlo en el POT de Ibagué. Debe existir ese documento emitido por la corporación, una vez lo tengamos, para el municipio será mucho más fácil planificar la prevención del riesgo porque partimos de ahí para poderle advertir a la gente y poner alertas tempranas (...) Ya tenemos el sistema de alarmas tempranas en el Combeima, pero nos falta establecerlas en El Chípalo para preparar a la población en caso de fuertes lluvias”, concluyó Bonilla.