Renunciar al petróleo no es tan fácil como lo quieren hacer ver
Estigmatizar el uso del petróleo para el cuidado de los ecosistemas trae responsabilidades personales, más allá del discurso del día a día para aportar a la transformación.
En medio del creciente debate sobre la dependencia del petróleo y su impacto ambiental, surge una pregunta ¿es el petróleo un recurso imprescindible para nuestro desarrollo económico y estilo de vida? Algunas propuestas han surgido en busca de reducir el consumo indiscriminado de productos derivados del petróleo.
Sin embargo, es y seguirá siendo una pieza clave en la industria, economía y desarrollo, de hecho los ingresos de Ecopetrol “para 2022 llegó a los 33.4 billones representando el doble del año anterior y alrededor del 10% de todas las ventas del sector productivo en Colombia, entonces si se continúa el discurso de estigmatización frente a la industria petrolera, se creería que se debe a que la sociedad está dispuesta a cambiar sus modelos de consumo y que ya existe un avanzado reemplazo de insumos, etc., dijo Mario Zamora líder del sector petrolero en Colombia.
En tal sentido, pensar en dejar de explorar y extraer el petróleo, impacta el bolsillo de los colombianos y la vida de todos, por ejemplo; en el precio de combustibles, aumento de impuestos e incluso déficit en materias primas de la mayor parte de industrias repercutiendo incluso en el empleo y canasta familiar. Igualmente, no explorar o bajar el ritmo de exploración puede llevar al país a depender de la importación casi en un 100%.
Transición a largo plazo
Apostarle a la transición energética a corto plazo, no solo significa pensar si se está dispuesto a renunciar a los privilegios que hoy nos brindan los derivados del petróleo, sino también, generar estrategias que permitan de manera gradual y aterrizada ese objetivo.
Además, al mismo tiempo lograr estabilizar, fortalecer, frenar la incertidumbre y aumentar la confianza de la Inversión Extranjera Directa, IED, que tan solo el año pasado tuvo un incremento de 57,7% y del total de esta el 72% correspondió a la minería y los hidrocarburos.
El petróleo ha sido la columna vertebral del crecimiento industrial y tecnológico, impulsando nuestra sociedad hacia la era moderna. Desde el transporte hasta la industria y la fabricación, el petróleo ha sido la fuente primordial de energía y materia prima para una amplia gama de sectores.
En consecuencia, esta industria jalona la economía mundial, brinda energía a los hogares y ha sido la base para la fabricación de productos esenciales de la vida diaria como medicamentos, ropa, calzado, fertilizantes, celulares, todo tipo de tecnología, entre otros. Además, de ser una fuente importante de empleo y oportunidades para miles de personas alrededor del mundo.
Según cifras de la Agencia Nacional de Hidrocarburos a mayo 2023 son 4 los pozos exploratorios perforados registrados de tipo A3, A2 y A1, cifra mucho menor al mismo periodo de mayo 2022 que registró 9.
Se estima en los próximos años que debido a los problemas que se vienen presentando con las comunidades, la falta de incentivos para la inversión, el incremento de impuestos, la eliminación del pago de renta con regalías convirtiéndo este rubro como un gasto más que como una inversión. Generaría una disminución en la renta por la entrada de recursos de la venta de hidrocarburos.
Además, la disminución en los subsidios que se vienen desarrollando generaría que a futuro los impuestos se incrementen. Y, lo más relevante; Colombia necesita los dividendos, regalías e impuestos del petróleo. Precisamente, factores que pesan en la economía del país.
En esa medida, la búsqueda de alternativas energéticas y el desarrollo de fuentes renovables son pasos en los que se deben avanzar, si bien es cierto que la humanidad enfrenta desafíos significativos para cambiar sus patrones de consumo la clave está en una mayor conciencia y educación que promuevan el uso responsable y que tengan el potencial de cambiar las mentalidades y fomentar un enfoque más responsable hacia nuestros recursos naturales.