Ibagué: avances en infraestructura y retos para un futuro competitivo
Ibagué está en una carrera contra el tiempo. Los resultados del Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2024, elaborado por la Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitividad, presentan un panorama claro de los desafíos que la ciudad debe afrontar para asegurar su futuro económico. A pesar de los avances en infraestructura y educación, que permitieron a Ibagué posicionarse en el puesto 13 (mejorando una posición en comparación con 2023), persisten problemas en sostenibilidad ambiental y el entorno para los negocios, los cuales son alarmantes y ponen en riesgo su crecimiento competitivo. Actuar en estas áreas es esencial para que Ibagué se transforme en un polo económico dinámico y sostenible.
Uno de los aspectos positivos más destacables es el avance en infraestructura y equipamiento, donde la ciudad ascendió cuatro posiciones, alcanzando la posición 15 en el ranking. Esto ha sido posible gracias a mejoras notables en la conectividad vial y aérea, lo que facilita el transporte de mercancías y personas, reduce los costos logísticos y abre oportunidades de inversión. Además, la oferta cultural de la ciudad se ha visto fortalecida, contribuyendo a su atractivo tanto para los residentes como para los visitantes. La importancia de estas mejoras no puede subestimarse, ya que una infraestructura eficiente es uno de los pilares fundamentales para el crecimiento económico.
El desempeño de Ibagué en el ámbito educativo dentro del Índice de Competitividad de Ciudades es, sin duda, uno de los grandes logros que merece ser exaltado. Con un sólido puntaje que la posiciona entre las cinco mejores ciudades del país en educación básica y media, Ibagué demuestra su compromiso con la formación de su capital humano. Este resultado es particularmente destacable al consolidarse como la cuarta ciudad con mayor cobertura educativa a nivel nacional, lo que refleja un esfuerzo sostenido por brindar acceso a una educación de calidad. Este avance no solo fortalece las bases del desarrollo social y económico, sino que también posiciona a la ciudad como un referente en la formación de talento joven y competitivo para enfrentar los retos del futuro.
Entorno para los negocios: crear las bases para una economía competitiva
Otro gran desafío que enfrenta Ibagué es su bajo desempeño en el pilar de entorno para los negocios, donde ocupa la posición 18 con un puntaje de 4.9. Aunque ha habido avances en otros pilares, este bajo rendimiento refleja las barreras significativas que enfrenta la ciudad para atraer inversión privada y fomentar el emprendimiento. La ciudad ocupa el deshonroso puesto 23 en facilidad de trámites y el 22 en la participación de medianas y grandes empresas, lo que indica que el ecosistema empresarial de Ibagué sigue siendo limitado y poco atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros.
Una de las principales limitaciones es la complejidad de los trámites para abrir y operar negocios. La burocracia y los largos tiempos de espera para la obtención de permisos actúan como un freno para los emprendedores y desalientan la llegada de inversión. Esto se ve agravado por la falta de una estrategia clara para atraer inversión extranjera directa (IED), lo que limita las oportunidades de crecimiento económico.
Para revertir esta tendencia, es crucial que Ibagué desarrolle, entre otras estrategias, una agencia de promoción de inversión extranjera. Este organismo tendría como objetivo atraer inversionistas de sectores estratégicos y servir como una plataforma de facilitación para empresas extranjeras interesadas en establecer operaciones en la ciudad tanto en el sector de industria, como de servicios aprovechando la muy ya estudiada ventaja competitiva que tiene Ibagué gracias a su ubicación en el centro del país. Además, esta agencia podría trabajar en la simplificación de los trámites burocráticos y en la creación de incentivos fiscales que hagan más atractiva la inversión. Al facilitar la entrada de empresas extranjeras, no solo se crearán más empleos, sino que también se diversificará la base económica de la ciudad.
Además, es esencial fomentar la formalización de las empresas locales y mejorar la participación de las medianas y grandes empresas en el mercado local. Esto requiere un esfuerzo concertado por parte de la administración local para reducir las barreras de entrada al mercado y ofrecer más oportunidades de financiamiento y capacitación a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs). El apoyo a estas empresas es fundamental para dinamizar el entorno empresarial, impulsar la innovación y aumentar la competitividad de Ibagué a nivel regional y nacional.
Sostenibilidad ambiental: un giro necesario para un futuro sostenible
Uno de los puntos más preocupantes del informe es el pésimo desempeño de Ibagué en sostenibilidad ambiental, donde la ciudad ocupa la posición 22 con un puntaje de 4.42. Esto es particularmente alarmante en un contexto donde la sostenibilidad no es solo un valor agregado, sino una necesidad urgente para cualquier ciudad que quiera prosperar en el siglo XXI. El impacto de la gestión ambiental deficiente no solo afecta la calidad de vida de los habitantes, sino que también limita el atractivo de la ciudad para inversores y turistas, quienes cada vez más valoran las políticas verdes en sus decisiones.
El bajo desempeño en áreas protegidas, activos naturales y la vida útil de los sitios de disposición de residuos son claros indicativos de que Ibagué está fallando en implementar políticas sostenibles eficaces. A esto se suma el pobre desarrollo de los negocios verdes, que representan una oportunidad desaprovechada para diversificar la economía de la ciudad y crear empleos en sectores emergentes. Ibagué debe hacer un giro de 180 grados en este ámbito si realmente aspira a ser una ciudad competitiva en el mediano y largo plazo.
Para abordar este problema, la administración local debería adoptar un enfoque integral que abarque tanto la protección de los recursos naturales como la promoción de prácticas sostenibles en la industria y el comercio. Algunas acciones concretas incluyen la implementación de programas de reforestación, el fortalecimiento de las áreas protegidas y la creación de incentivos fiscales para las empresas que adopten prácticas de producción limpia. También es necesario mejorar la gestión de residuos, especialmente en lo que respecta a la extensión de la vida útil de los vertederos y la promoción del reciclaje en toda la ciudad. Además, se debe promover la adopción de tecnologías que reduzcan las emisiones de carbono y fomentar la educación ambiental entre los ciudadanos.
Otra estrategia clave sería el fomento de los negocios verdes. Esto no solo permitiría a Ibagué mejorar sus indicadores de sostenibilidad, sino que también abriría nuevas oportunidades de empleo y crecimiento económico en sectores como la energía renovable, la agricultura sostenible y la gestión de residuos. La administración municipal debe trabajar de la mano con el sector privado para crear un entorno favorable para este tipo de negocios, implementando políticas que faciliten su creación y expansión. Esto podría incluir desde exenciones fiscales hasta programas de capacitación en prácticas sostenibles para pequeñas y medianas empresas.
En conclusión, aunque Ibagué ha mostrado avances en infraestructura y educación, las deficiencias en sostenibilidad ambiental y entorno para los negocios siguen siendo obstáculos importantes para su desarrollo económico sostenible. La ciudad necesita adoptar políticas más audaces que no solo mejoren la competitividad en el corto plazo, sino que aseguren un crecimiento equilibrado y sostenible a largo plazo. La creación de una agencia de promoción de inversión extranjera y la implementación de un enfoque integral hacia la sostenibilidad son pasos esenciales para que Ibagué pueda alcanzar su verdadero potencial competitivo y económico. Sin estas medidas, el progreso de la ciudad seguirá siendo insuficiente y vulnerable a los cambios en el entorno global.