La semana pasada, el país estuvo en expectativa por la innecesaria tensión que generó el presidente Petro al negarse a recibir los inmigrantes colombianos deportados del recién posesionado Gobierno Trump.

Como ya son costumbre las constantes incoherencias de nuestro flamante presidente, tuvo que recular su envalentonada y recibir a los colombianos repatriados; y hablo de incoherencias porque según migración Colombia, el año pasado fueron deportados 14.226 colombianos por parte de los Estados Unidos bajo el mismo procedimiento y trámite. ¿entonces, cual fue la razón para armar semejante show? Sencillo, distraer la atención.

Desde entonces, la red social X de Petro está llena de mensajes disruptivos al presidente Trump, proponiendo absurdos y dándole vueltas a la situación generada por él, como si se tratara de un logro de su desacreditado gobierno. Pero como siempre, Petro no se refiere, no atiende, ni soluciona las situaciones de fondo que golpean directamente la paz y la estabilidad en el país.

Lo que está pasando en el Catatumbo es la evidencia de lo que sucede en muchas zonas del país. El conflicto entre las disidencias de las Farc, el ELN, grupos del narcotráfico, ahora tiene un ingrediente adicional, el auspicio del ilegitimo Gobierno Venezolano, que ve en el ELN el ejercito que puede cuidar su retaguardia en la frontera con Colombia. Desde luego, tras toda esta ola de violencia viene el desplazamiento forzado de miles de compatriotas, el secuestro, la extorsión y el reclutamiento de menores, cosas que no merecen ni uno de los tantos trinos de Petro, medio que, por demás, es por el que nos gobierna.

Según cifras reportadas por la Defensoría del Pueblo, en los últimos cuatro años el reclutamiento infantil creció en un 1.005 % en Colombia: de 37 casos en 2021 a 409 en 2024. El panorama inicial en el 2025 es mucho más dramático. Solo en enero de este año murió la misma cantidad menores que en 11 meses de 2024: nueve niños y jóvenes en las filas de los grupos ilegales. Tres de ellos, en medio de los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC que azota a Catatumbo desde hace dos semanas. Los seis restantes, en un mismo enfrentamiento en el Guaviare.

El mismo escenario del Catatumbo y el Guaviare, se replica en el Cauca y Nariño, pero ante todo lo anterior, el presidente no se pronuncia. Además, podríamos referenciar todo lo que este gobierno quiere hacer: metiendo artículos de expropiación en el decreto de conmoción interior, el recorte presupuestal a muchos rubros entre ellos el de defensa, frente al continuo y característico derroche en otras cosas sin importancia.

Mientras tanto, nosotros distraídos ante las excentricidades del presidente que, para distraer, es un maestro.