En soledad Atlántico habita una mujer de raíces paisas que solicita con desespero que le sea aplicada la eutanasia debido a los múltiples padecimientos que la acogen, para doña Fabiola Betancourt, está sería la única forma de "poder descansar".

Betancourt lleva mas de 30 años viviendo en esa zona del país, no tiene hijos, ni esposo, vive sola en una habitación arrendada, y asegura que en la noche se le hace muy difícil poder dormir, ya que los dolores producidos por las múltiples enfermedades que padece son insoportables.

“Sufro de deficiencia cardíaca, deficiencia venosa, vascular, renal, diabetes y artrosis”, asegura la mujer.

Fabiola solicitó a los médicos de la EPS Mutualser, que le fuera aplicada la eutanasia, pero estos dieron una respuesta negativa, afirmando que no se encuentran autorizados para realizar el procedimiento.

“Paso día y noche con un dolor en las piernas, en la cadera, brazos, hombros. A veces lloro”, afirmó la mujer.

Betancourt asegura que “una vida así no tiene sentido”, y que de no lograr que le sea aplicada la eutanasia, ella misma intentaría quitarse la vida.