El último día del año y tan solo unos días después de que César Camargo, presidente y dueño del Deportes Tolima lo había respaldado públicamente ante un nuevo subcampeonato, se supo que David González, director técnico del equipo Pijao había renunciado. No hubo mucho misterio frente a su partida, pues finalmente en los medios todo termina sabiéndose, y un aventajado colega nos contó que los motivos de la renuncia de Gonzáles tenían que ver con una propuesta para que fuera a Millonarios a reemplazar a Gamero, quien también renunció a su equipo, motivado por críticas de un buen sector de la hinchada “albiazul” e incluso amenazas a su familia.

Aunque para esta época es normal que en el popular mercado de fichajes, jugadores y entrenadores vayan y vengan, y los equipos refresquen sus plantillas de cara a un nuevo año, a los hinchas tolimenses les quedó un mal sabor en la partida de Gonzáles, pues el discurso que manejó no pareció ser muy coherente con sus acciones. Como ocurre en cualquier trabajo, no se discute que, ante una mejor oferta salarial, las personas puedan elegir ir a un puesto mejor o a un espacio donde se sientan más cómodas, pero lo que genera malestar es que el técnico paisa no manifestó sus deseos de irse, y por el contrario, se aferró a su cargo, aun cuando las críticas por su mal planteamiento de la final contra Atlético Nacional no se hicieron esperar, y luego de que Camargo lo defendiera a capa y espada en un momento en el que las cosas estaban más que tensas.

Seguramente, en pocos días, Deportes Tolima, tendrá un nuevo cuerpo técnico, un nuevo paraguayo, y un par de morochos de la Costa Pacífica conociendo Ibagué para reemplazar a los jugadores que se fueron, pero la reflexión que cabe aquí es que en el Tolima se sigue priorizando a los de afuera en todos los aspectos, incluso hasta en la marca de la ropa, pues nuevamente y de manera desagradecida se le ha dicho adiós a Sheffy, y duele porque toda la vida ha ocurrido lo mismo con los jugadores. Por eso Dayro Moreno nunca estuvo acá, ni Daniel Bocanegra, ni otros tantos que crecieron aquí como Freddy Guarín. A ello hay que agregarle, que mucho se ha criticado los desaciertos de algunos jugadores paisas en instancias definitivas para el Deportes Tolima, como es el caso de Cataño y Yeison Guzmán, pero no se piensa en los muchachos que aman el departamento para que vayan y la luchen. Se habla de una cantera pijao, pero esa cantera está llena de jóvenes de otras latitudes, y los de aquí deben ir a buscar oportunidades y ¡bendito Dios! que las han encontrado como ha ocurrido con Aldair Quintana, Eder Chaux, entre otros.

Hoy ante un nuevo desplante de un paisa que mucho había ilusionado al equipo Vinotinto, sería bueno recordarle a César Camargo que aquí tenemos nuestra gente, tenemos excelentes directores técnicos, que incluso ya nos han dado gloria como Hernán Torres Oliveros y otros a quienes no se les ha dado la oportunidad como es el caso de Harold Rivera y Flabio Torres (que paradójicamente han brillado en otros equipos). Desafortunadamente siempre se mira mejor al que viene de afuera, pero el de afuera generalmente viene a buscar lo suyo y la gloria personal por encima de las colectividades.

Ojalá, Deportes Tolima, aplicara un poquito más el slogan de Mercacentro. Soy de aquí, mis hijos son de aquí, y todo lo compro aquí. No vaya a ser que en poco tiempo nos reemplacen al Indio Pijao por una paisita bien bonita porque a algún sabio “vendehumo” se le ocurrió que eso era marketing.