Opinión: UT testimonio del hacer
Desde siempre como gobernador quise orientar, en la UT un cambio, sin embargo en mi primer gobierno las fuerzas de la politiquería, el clientelismo y la corrupción, en su mayoría dominaban los estamentos de poder y la toma de decisiones, los escándalos pululaban, la afectación a la calidad académica era notoria, el nepotismo y la burocracia, le quitaban recursos a la educación de calidad, recuerdo un episodio vergüenza nacional de compra da paletas (helados), que develó el derroche y la forma en que se dirigía la UT. Un claro ejemplo fue el manejo del contrato del Hospital Veterinario; épocas oscuras, en las cuales cohonestaron, las que se hacen llamar fuerzas de izquierda y liberales, esas que ideologizan todo para polarizar, sacar réditos electorales y generar posiciones de odio.
En mi segundo gobierno con un equipo técnico en lo académico y financiero establecimos un plan estratégico integral, que nos permitiera sacar la universidad, de la enorme crisis financiera, académica, institucional y de valores en la que se encontraba, fue así como abordamos el tema en el Consejo Superior, quienes, ante nuestra posición, rápidamente y con generosidad, la asumieron como propia, aquí destaco al Dr. Misas, quien es ejemplo de amor y convicción en defensa de los intereses de la UT.
Ese camino no fue fácil, una oposición a nuestra propuesta de progreso, estaba apoderada de puestos, privilegios y contratos, de mucha representatividad; pero a fuerza de trabajo, disciplina y hacer lo correcto, logramos voluntades y apoyos, para, así, como se hizo, enrutar nuestra amada Alma Mater. Esa convicción y decisión política nos llevo a tomar decisiones históricas, audaces y estructurales, como incrementar las trasferencias en más del 147% de por vida, matricular a miles y miles de jóvenes tolimenses, asumiendo en su totalidad el costo de su educación y por supuesto articularnos en convenios que permitieran el ingreso de recursos a la universidad, la oportunidad de aprovechar sus excelentes profesionales para mejorar la calidad académica y hacer un gran aporte al desarrollo regional.
La acreditación de alta calidad, la matricula cero y el crecimiento de la virtualización en el modelo educativo actual, que debe imponerse en la UT, son sin duda el resultado de un proceso que emprendimos, más allá de las posiciones ideológicas, de la confrontación política electoral, de los odios, de un estilo viejo y gastado basado en la retorica anárquica, que engaña temporalmente a los jóvenes hasta que se dan cuenta de lo infértil, manipulativa y destructiva de esta lucha; quienes la orientan no quieren mejorar la educación sino validar sus odios, no les importa resolver el desempleo, sino su hoja de vida, les interesa que todo este mal, por eso nunca estarán con el bien, ni ayudaran a construirlo, al final necesitan de la miseria de los demás, del caos, para resolver sus gustos y ambiciones.
Los profesores, investigadores, funcionarios y la mayoría de los estudiantes, han sido fundamentales en los resultados que hoy posicionan la UT, como una de las mejores del país, las directivas han interpretado muy bien el clamor de toda la comunidad y la voluntad política de los gobiernos, que deberán seguir apoyándola, para que, se transforme hacia la modernidad administrativa, académica y tecnológica, bajo los criterios de autonomía, calidad, austeridad y trasparencia.
Adenda: Celebro la decisión de Cortolima de revocar la licencia a HIDROTOTARE. La defensa del agua debe ser un compromiso real, no solo de discursos retóricos para obtener dividendos o engañar a la gente.