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A invertir en la ciudad

Nuestros dirigentes llevan un tiempo anunciando obras futuras, que son imperativas desde hace varias décadas, pero la ciudad no está teniendo ningún tipo de mantenimiento. Por: Alejandra Guerrero Fajardo.
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Javier Pérez / Ecos del Combeima
3 Oct 2020 - 11:03 COT por Ecos del Combeima

¿Qué pasa con el presupuesto de mantenimiento de infraestructura?  Algo tan básico y esencial para la movilidad y funcionalidad de la ciudad como la semaforización, ¡No funciona! Qué tan grave debe ser el siniestro para ponerle atención a un tema que lleva meses siendo titular y razón de vergüenza municipal. 

Nuestros dirigentes llevan un tiempo anunciando obras futuras, que son imperativas desde hace varias décadas, pero la ciudad no está teniendo ningún tipo de mantenimiento. Es frustrante ver las calles sin luz, los prados de parques sin podar, la ciudad sin señalización, Ibagué se ve abandonada. En el presupuesto anual hay un ítem que se llama mantenimiento de infraestructura. ¿En qué se están usando esos recursos?

Gran parte del turismo y sector servicios es de aventura, nos buscan por nuestras rutas de montaña, por nuestros majestuosos paisajes, por nuestra fauna. Pero el punto de partida para todas estas aventuras debería ser Ibagué. Sin embargo, la ciudad tiene que tener mantenimiento, es un peligro para cualquier persona, pero más para un turista transitar por la ciudad. Además, prefieren sitios mejor cuidados entonces la decisión es quedarse en Salento, tomar un jeep por cuatro horas para venir a ver Toche, corregimiento de Ibagué. En vez de disfrutar nuestra ciudad. No se entiende porque hay tantos esfuerzos en publicitar la ciudad, pero no hacen el esfuerzo de contratar el mantenimiento de la misma. 

También es preocupante ver el estado de las vías que conectan nuestra ciudad con sus mayores atractivos turísticos, la vía Ibagué-Villarestrepo-Juntas no está pavimentada. La vía a Toche, hogar de 600,000 palmas de cera si acaso se puede considerar carretera, es realmente un camino de herradura. Los que hemos ido nos preguntamos como hacen los agricultores para poner sus productos en Ibagué, los costos de transporte son enormes. 

Es así como nosotros desperdiciamos o encarecemos, no una, sino dos fuentes económicas en una de las ciudades con mayor desempleo del país. Da la sensación que nosotros no queremos avanzar, tenemos potencial pero no trabajamos para hacerlo efectivo. A nuestro sector turismo no le facilitamos lo más básico como podar los jardines, mucho menos las vías de transporte para que conozcan Ibagué. 

A nuestros agricultores, realmente hay que quitárseles el sombrero, no tienen subsidios como los países desarrollados y no tienen los medios de transporte para sacar su producción. Son unos verracos, trabajan juntos para poder sacar su economía adelante. Hace unas semanas el titular fue que, gracias a un derrumbe y a la falta de voluntad política, ellos consiguieron la maquinaria para hacerlo. Esto es simplemente inaudito, somos una región agrícola.

Por más que las intenciones e ideas sean buenas, estas deben materializarse. Anunciar nuevas obras genera prensa, pero mantener y hacer atractiva la ciudad genera crecimiento económico ya. ¿Cuando empezamos?

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Para lograr este objetivo común, el Tolima debe abandonar la tentación de replicar esquemas ajenos que poco sirven en nuestra realidad. El desarrollo no se copia, el desarrollo se diseña y se visiona a partir de la construcción de rutas estratégica.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Se equivocan personas del gobierno local como la gerente del IBAL al manifestar o sugerir en cada entrevista que brinda, que quienes critican las gestiones de la administración municipal lo hacen porque no quieren la ciudad o porque “no han hecho nada” por ella. Ese no puede ser el talante de una funcionaria que se debe a la gente

Estamos frente a dos legados supuestamente muy “progresistas” que terminan siendo bastante “pobresistas”. Triste por Colombia!!.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

Mejoras en salud, educación e innovación reflejan un camino firme hacia la competitividad. El campo sigue siendo motor de desarrollo y el reto es claro: no perder el rumbo.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.