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Hecho en Colombia

El campo tiene su mayor adversario en la falta de acompañamiento y voluntad del estado. Años de violencia, facilitados por un difícil acceso a las zonas. Por: Alejandra Guerrero Fajardo.
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Javier Pérez / Ecos del Combeima
13 Nov 2020 - 11:47 COT por Ecos del Combeima

La producción agrícola de nuestro territorio es abundante. Podemos tener hasta tres cultivos en un mismo año. Además, genera un bien esencial que es nuestra comida. ¿Por qué entonces nuestro campo vive en el olvido, con empresarios, campesinos luchando por mantener sus rentabilidades?

El campo tiene su mayor adversario en la falta de acompañamiento y voluntad del estado. Años de violencia, facilitados por un difícil acceso a las zonas. Lo que a su vez se traduce en costos inmensos para sacar su producción. Además de unos insumos sin ningún subsidio, junto a unos precios muy bajos, tenemos el resultado de un campo empobrecido, o grandes empresarios que no logran llegar a economías de escala por la distorsión que existe en el mercado.
 
Nos presentaron los tratados de libre comercio como una solución, una apertura a los grandes mercados que impulsaría nuestra economía. Pero falto estudiar los mercados externos y comprenderlos, esto por no decir que negociaron mal. Muchos países subsidian con los impuestos los insumos agrícolas, por no mencionar la facilidad en los medios de transporte para sacar su producción. Es esta mezcla explosiva lo que hace más rentable comprar maíz importado de México o Estados Unidos que comprar la producción local. Comprar papa importada y congelada de la Unión Europea a comprar papa local. Imaginen los sobre costos que tienen nuestros productores locales para que sea más barato transportar un producto a través del mundo que comprar el cultivado en suelo colombiano. 

Agreguémosle la falta de conciencia de nosotros, su consumidor final. Una persona sabia me explicaba la semana pasada, nosotros pagamos hasta cinco mil pesos ($5,000 COP) por una taza café en cualquier café de tendencia, que les pagan lo mínimo al caficultor. Pero nos parece caro y abusivo pagar más de mil cuatrocientos pesos ($1,400 COP) por un litro de leche. En vez de comprarle directamente al productor a un precio justo, preferimos comprárselo a las grandes superficies, que además se apalancan de los productores. Me explico, usted compra una canasta de huevo y al productor le pagan noventa días después. ¡Tres meses! 

En un departamento con una tradición agrícola y que paradójicamente no tiene una política rural, debemos empezar nosotros. Hay pequeños cambios que nosotros podemos hacer, comprar en los mercados campesinos, priorizar la compra de productos hechos en el Tolima o en Colombia. El gobernador que tanto está incentivando el desarrollo de nuestra región con grandes ideas como incluirnos en el eje cafetero, debería incentivar la inversión en tecnologías e infraestructura que faciliten y mejore las condiciones de producción y transporte de productos agrícolas. Mejorar nuestro campo es un tema de voluntad, tanto política como personal.

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Para lograr este objetivo común, el Tolima debe abandonar la tentación de replicar esquemas ajenos que poco sirven en nuestra realidad. El desarrollo no se copia, el desarrollo se diseña y se visiona a partir de la construcción de rutas estratégica.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Se equivocan personas del gobierno local como la gerente del IBAL al manifestar o sugerir en cada entrevista que brinda, que quienes critican las gestiones de la administración municipal lo hacen porque no quieren la ciudad o porque “no han hecho nada” por ella. Ese no puede ser el talante de una funcionaria que se debe a la gente

Estamos frente a dos legados supuestamente muy “progresistas” que terminan siendo bastante “pobresistas”. Triste por Colombia!!.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

Mejoras en salud, educación e innovación reflejan un camino firme hacia la competitividad. El campo sigue siendo motor de desarrollo y el reto es claro: no perder el rumbo.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.