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Implosión liberal

El Partido Liberal en el Tolima, es hoy como aquella analogía en la cual los cangrejos en un balde se hunden entre sí mientras luchan individualmente por salir.
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Ecos del Combeima
19 Jul 2021 - 7:54 COT por Ecos del Combeima

La colectividad pasa por uno de sus peores momentos como consecuencia lógica de la desorganización, el monopolio del poder, los malos tratos y la ausencia de liderazgos auténticos y coherentes, además de los pocos logros que han conseguido quienes han llegado a la Gobernación y a la Alcaldía de Ibagué, en los últimos 30 años. 

La deuda histórica de este partido con los tolimenses es gigantesca, pues en materia social y económica los avances han sido minúsculos. Han ostentado el poder para beneficio propio y nunca se han preocupado por favorecer los intereses de un pueblo que reclama atención y solución a los problemas estructurales que les aquejan. No en vano las urnas han sido la piedra de castigo del Partido Liberal, que, en el Tolima, ha disminuido su caudal, tanto así que hoy no son capaces de tener candidato tolimense al Senado de la República y cuentan con una inestable lista a la Cámara de Representantes.

Las disputas internas en la colectividad roja son de alto calibre, líderes de siempre han salido por las presiones de quienes dirigen al moribundo partido. Figuras de la talla del exalcalde y ex congresista Rubén Darío Rodríguez, han salido del partido y hoy hacen parte de importantes grupos políticos que sí están trabajando por el departamento.

La pérdida de credibilidad en sus dirigentes es otro factor que ha erosionado aún más la inestabilidad del partido, pues las malas decisiones tomadas en los últimos años son repudiadas por las bases de la colectividad, que han sido testigos de los pésimos resultados producto de ellas. Además, que ya el imperio del perrero y los malos tratos verbales y hasta físicos, no generan el respeto que por mucho tiempo ostentó el eterno senador norteño que poco o nada hizo por los tolimenses. 

A propósito, este exsenador y un exfuncionario de gobiernos liberales, se enconaron en una tremenda pelea, donde se acusaron de todo, de traición, corrupción, nepotismo y hasta de asuntos personales. Esto sin duda alguna se convierte en la muestra fehaciente de las profundas e irreconciliables divisiones que enfrenta el Partido Liberal en todas sus esferas de dirección en Ibagué y los municipios del Tolima. Esta implosión ha corroído sus bases y entre otras disputas por el “poder” al interior de la débil colectividad roja se convierte en el punto de no retorno de un partido que por culpa de sus malos dirigentes está a punto de desaparecer. 

El Partido Liberal en el departamento está tan maltrecho como la vieja y desolada casa liberal en el barrio Interlaken, donde el rojo no lo es y ahora es un rosado descolorido, donde el jardín está invadido por la maleza como su directiva, donde nunca hay personas y el silencio casi miedoso anticipa lo que será el vacío en las urnas.
Dicen las abuelas, el que mal actúa mal termina.

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Para lograr este objetivo común, el Tolima debe abandonar la tentación de replicar esquemas ajenos que poco sirven en nuestra realidad. El desarrollo no se copia, el desarrollo se diseña y se visiona a partir de la construcción de rutas estratégica.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Se equivocan personas del gobierno local como la gerente del IBAL al manifestar o sugerir en cada entrevista que brinda, que quienes critican las gestiones de la administración municipal lo hacen porque no quieren la ciudad o porque “no han hecho nada” por ella. Ese no puede ser el talante de una funcionaria que se debe a la gente

Estamos frente a dos legados supuestamente muy “progresistas” que terminan siendo bastante “pobresistas”. Triste por Colombia!!.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

Mejoras en salud, educación e innovación reflejan un camino firme hacia la competitividad. El campo sigue siendo motor de desarrollo y el reto es claro: no perder el rumbo.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.