El odio ya no da votos
El manido discurso de odio, de negativismo de insultos y de hablar mal de los demás está mandado a recoger, ha culminado su reino y no produce votos. Ya no genera el efecto de indignación que alimentado por mentiras encoleriza los ánimos de una masa que actúa por emoción y no por razón.
Contrario a lo anterior, las ideas, las propuestas serias, el empoderamiento de las personas y los hechos como verdadera acción política entre otros, son lo que los tolimenses y colombianos quieren escuchar en la plaza pública. Parafraseando un poco “dime de qué hablas y te diré quién eres”, y es allí donde se marcará una distancia abismal entre los que hacen política basados en odios y egoísmos y los otros que se dedican a construir, crear y pensar nuevas formas de desarrollo.
Es momento de reclamar como sociedad una contienda electoral que se base en la proyección de las regiones desde el marco de las ideas y de propuestas aterrizadas que sean realizables. De disertaciones claras sobre las acciones urgentes que se deben moldear para resolver eternos problemas estructurales que nos aquejan. De apuestas concretas sobre desarrollo humano, social y económico.
Reclamamos también candidatos capaces, preparados, serios, con experiencia y que tengan un saldo positivo sobre sus ejecutorias en los cargos públicos que han ocupado. La ineptitud de quienes ostentan cargos de elección popular es una de las mayores causas de retroceso y de la ineficacia de acciones que resuelvan las problemáticas. ¡Ojo con esto a la hora de votar!
Escuchar bien y saber diferenciar entre quienes saben para donde van y los que no tienen ni idea de cuál es el camino, es la clave para que los ciudadanos determinen quienes serán esos hombres y mujeres que merecen estar en el Congreso, que merecen representarnos con lujo de acciones que a través del legislativo generen bienestar común con la puesta en marcha de proyectos de ley y posiciones políticas en favor de la gente. Como decía mi profesora de español en el colegio, “para calentar silla cualquiera, para pensar y aportar pocos”.
Merecemos como región que nuestros Congresistas pongan a pensar al país, generen espacios de concertación ciudadana, trabajen por el bienestar de la gente y asuman liderazgos que desplieguen acciones del Gobierno Nacional que se reflejen positivamente en el departamento. Vale la pena mencionar el acertado y juicioso trabajo legislativo de Adriana Magali Matiz, que, desde la Cámara de Representantes, orientó esfuerzos que han mejorado la calidad de vida de miles ciudadanos y ha liderado temas de trascendental importancia para el país.
Las ideas, las propuestas y las posiciones políticas frente a los problemas del país, son y serán la base de la construcción del ideal de candidato que buscamos los ciudadanos. Los discursos de agitadores, del perrero, del odio, del egoísmo, de la mentira, de la calumnia y de ausencia de propuestas, están mandados a recoger y evidencian la incapacidad técnica y humana de quienes se dicen ser políticos serios, es decir son la alerta temprana para saber por quién NO votar.