A los policías los están matando y humillando
El reciente asesinato de ocho policías en zona rural de Neiva y los malos tratos que recibieron tres patrulleros en Cartagena, por parte del senador Alex Flórez, nos muestran un panorama muy desalentador para los hombres y mujeres que integran la Policía Nacional.
Nuestra fuerza pública en los últimos años ha recibido una serie de ataques de todo tipo y de todas las orillas. Han sido asesinados, secuestrados, torturados y humillados. Se ha vuelto casi que costumbre el irrespeto total por quienes tienen el deber de mantener el orden a través de la autoridad constitucionalmente otorgada.
El respeto y admiración por nuestros policías ha desaparecido del comportamiento ciudadano. Hay que reconocer que al interior de la institución hay personas que han hecho las cosas mal, pero debemos dejar de generalizar y entender que son muchos más los aciertos que yerros, los que podemos contabilizar sobre el actuar de la Policía en nuestro país.
No es posible que las organizaciones armadas ilegales lleven a cabo macabros planes para asesinar policías y el Estado no garantice acciones claves de seguridad y fortalecimiento de la institución en aspectos como inteligencia, tecnología y capacitación. Piensan en trasladar la policía de un ministerio a otro, pero no se han detenido a pensar cuales son las reales condiciones laborales y salariales de los uniformados que día a día exponen sus vidas en las calles del país.
Cada día es más difícil para los efectivos realizar su labor, hacen falta campañas de sensibilización sobre la misión de los uniformados en las calles. Hay que evidenciar el sacrificio de mujeres y hombres que a diario salen de sus casas con la incertidumbre de tal vez nunca regresar. La ciudadanía debe ser más respetuosa con la autoridad, sensible con el trabajo de los policías y solidaria con las acciones que nos convocan a todos como sociedad.
Es real que hay manzanas podridas la interior de la institución, que atropellan y abusan de la autoridad, pero repito con total responsabilidad, que no hay que satanizar a la institución y menos a esa gitanesca mayoría de policías comprometidos con su deber, ceñidos a la ley, solidarios de corazón y respetuosos de la ciudadanía.
Como sociedad no debemos tolerar cualquier tipo de acción en contra de la Policía Nacional, debemos ser conscientes de la importancia de su labor. Debemos reconocer que todos, en algún momento de nuestra vida hemos recurrido a los policías para buscar ayuda y siempre la hemos recibido. Debemos demostrar cariño por la institución, respeto por sus uniformados y solidaridad en estos momentos donde la cuenta de asesinatos y humillaciones asciende casi que, sin control, ante la mirada poco solidaria de todos los colombianos.
Un saludo desde esta tribuna de opinión a todos los policías del país y a sus familias. Nuestro agradecimiento por su labor es total y honramos la memoria de quienes en el cumplimiento de su labor han sido asesinados por defendernos.