Invierno y desgobierno: coctel fatal para los ibaguereños
La falta de gobernabilidad y atención urgente a los problemas fundamentales que por décadas afronta la ciudad, están pasando una muy dura factura. Lo que ocurre con la crudeza de la ola invernal se había advertido tiempo atrás. Los organismos a nivel nacional advirtieron de una fuerte temporada de lluvias y se hizo caso omiso, la ciudad no se preparó y hoy miles de ibaguereños afrontan las consecuencias del desgobierno y la falta de responsabilidad administrativa y política.
Las inundaciones recientes ratifican la afirmación anterior. Durante el periodo seco la administración no adelantó estructurales planes de limpieza y mantenimiento de alcantarillas, de mitigación en zonas de riesgo ni en adecuación de canales y demás para evitar represamientos. Por el contrario, el alcalde de Ibagué, se dedicó a inaugurar obras incompletas a despilfarrar el dinero público en fiestas, parrandas y costosos pasteles entre otras cosas menos en los fundamental. Su falta de conexión con la gente es evidente y hoy las familias que por las inundaciones lo perdieron todo, pagan la factura de un pésimo gobernante.
Los socavones que producto de la erosión del agua se están formando en Ibagué, son un peligro inminente. Los medios de comunicación casi que a diario informan sobre grandes huecos traga carros. Le dan solución tipo paliativo, pero no hay un respuesta acertada, clara y efectiva para iniciar la recuperación de una red de alcantarillado obsoleta y con más de 50 años de antigüedad.
Las lluvias seguirán y quizás más fuertes ha informado el IDEAM. Al alcalde viajero parece no importale mucho, parece no entender lo que está ocurriendo, mientras los funcionarios que sin una directriz de gobierno clara actúan con malas decisiones agrandando el problema, que repito pagan los ibaguereños con sus casas inundadas, con las calles rotas, sin servicio óptimo y permanente de agua potable y con semáforos fuera de servicios, entre otros muchos males que a diario deben enfrentar solos y en silencio.
Gobernar desde Twitter, ha sido una constante del alcalde de Ibagué, y eso aleja, genera desconfianza y rompe el eje de la acción política de estar en el territorio, con la gente atendiendo sus necesidades. La arrogancia y las malas compañías, sumado a la inmadurez y vanidad es una mezcla funesta para una ciudad. Solidaridad a todas las familias afectadas. Esperamos una reacción oportuna de la administración municipal para mitigar el impacto y atender con pertinencia a las personas afectadas. No más censos de daños y afectados, necesitamos acciones de verdad.