Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Opinión
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

El negocio de la fe

La sensibilidad que genera las diferentes religiones y sus iglesias, se trasladó al Congreso de la República, en donde se planteaba dentro de la reforma tributaria, un articulo que las obligaba a pagar el impuesto de renta. 
Imagen
Crédito
Ecos del Combeima
11 Nov 2022 - 10:05 COT por Ecos del Combeima

La idea central de la propuesta, era gravar las actividades comerciales que realizan las iglesias como: conciertos, servicios hoteleros, venta de comestibles, rifas y demás que producen  grandes utilidades pero que son ajenas a las labores espirituales y sociales que realizan. El articulo no fue aprobado por el Congreso.

No obstante, en un país con una tradición religiosa tan marcada, es importante hacer un análisis que tiene que ir más allá de la fe y que debe manejarse con objetividad e imparcialidad. Si bien es cierto, la misión espiritual y social que realizan las iglesias de todas las religiones que tenemos en invaluable, hay que ver como algunas de ellas se convirtieron en prósperos negocios de los que no se le rinde cuentas a nadie y allí radica el problema. Máxime, cuando esta reforma tributaria puso en cintura a personas naturales y jurídicas, aumentó base gravable de empresas y pretende recaudar mas de 20 billones de pesos.

La discusión no se puede centrar en si deben pagar o no el impuesto de renta de manera obligatoria, lo que sí creo y con absoluto respeto, es que debe ser obligatorio que declaren sus ingresos, si son por actividades comerciales, con más razón, que declaren los bienes inmuebles que poseen y que justifiquen ante la DIAN en que invierten esos recursos, si es en obras sociales que beneficien a las comunidades y a sus feligreses, perfecto, de lo contrario, deberían tributar y pagar.

Para reducir la enorme brecha de iniquidad que existe, todos debemos aportar nuestro grano de arena. Esto no se trata de política, si la iniciativa es de izquierda o derecha, se trata de intentar hacer un país mejor. Y la mejor forma de iniciar esa transición, es practicando la tan nombrada empatía; jamás tendremos una mejor sociedad si según el DANE,  cerca de 25 millones de colombianos están en pobreza monetaria, lo que significa que solo comen una o máximo dos veces al día. 

La fe es el alimento que fortalece el espíritu, nos lleva a vivir en paz consigo mismo y a ser mejores seres humanos, pero si la fe se convierte en negocio,  que paguen quienes se usufructúan de ella. 
 

También te puede interesar estas columnas

Ese empoderamiento y buen ejemplo que da la entidad llamada a proteger los derechos humanos, debería ser replicada por todas y cada una de las personerías municipales en este país.

El 2024 está llegando a su fin, y el panorama económico global sigue marcado por la incertidumbre.

Hoy en día Aranda tiene más fama de “Tiktokera” que, de gobernante, y ni siquiera es por falta de gestión, sino por la forma en que se están comunicando ese tipo de acciones.

Qué genialidad para llevar al país por el despeñadero en muchos sectores.

Sin embargo, como sucede con los tesoros más valiosos, el Parque Centenario enfrenta retos que amenazan con desdibujar su importancia en la vida de la ciudad.

Las instituciones necesitan ser dirigidas con objetividad, marcando una línea de hacia dónde se quiere llevar un gobierno, teniendo como criterio la capacidad técnica de su equipo de trabajo, mas no un criterio político.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.