¿Uber o taxis?
En medio de la confusión en la que se encuentra el país a raíz de los improvisados anuncios del Gobierno Petro, existe un debate que no parece tener un pronto desenlace, el de los taxistas y los conductores informales o denominados “Uber”.
Para comenzar, hay que partir del hecho de que los “Uber”, son llamados así por la popular aplicación que hace presencia en buena parte del mundo, que le permite a toda persona que tenga un vehículo pertenecer a su base de datos para que sean utilizados por quienes a través de su plataforma, soliciten un servicio de transporte. Esta clase de oferta de transporte, obedece a la tendencia global de una modalidad de empleo llamada en inglés: freelance y que aplica a todas las profesiones y oficios.
En Colombia esa clase de plataformas ha tenido sus variaciones, porque no solamente existe Uber, también otras aplicaciones, grupos de WhatsApp y demás; que se han ganado una espacio dentro del mercado por la atención de los conductores, seguridad, estado de los vehículos, disponibilidad y precios. Sin embargo, ni el gobierno pasado ni este, han logrado emitir una norma que reglamente su funcionamiento y en eso tienen razón los taxistas, pues hasta el momento, estarían funcionando de manera ilegal.
En ese sentido, los taxis tienen una cantidad de requisitos que deben cumplir para poder estar en movimiento y prestar su servicio, que están establecidos por el Código Nacional de Tránsito y que lógicamente acarrean unos altos costos, lo que confirma que la legalidad en este país cuesta, no solo aplica para este caso, también para las empresas, el comercio o para cualquiera que quiera estar dentro de la legalidad. No obstante, los taxistas han venido perdiendo clientes por cuenta del comportamiento de algunos de ellos, actitudes o conductas que son ampliamente conocidas por todos y que han hecho que las personas prefieran las otras alternativas que ofrece el mercado.
Finalmente, aquí no se trata de que sea el uno o el otro, la decisión no puede ser excluyente, los dos servicios pueden coexistir; en cuanto a los Uber, es más que necesario que el Gobierno Nacional regule su funcionamiento y no tome la decisión de prohibirlo, toda vez que de ese oficio o actividad, ya depende el sustento de miles de familias. En cuanto a los taxistas, es importante que entiendan que la competencia beneficia al cliente y que al cliente se gana con buen servicio, amabilidad y confianza. Por lo tanto, urge que desde el Gobierno se dirima este conflicto para no continuar perpetuando la incertidumbre en la que están los conductores de los dos servicios, que en ultimas, genera paros, bloqueos y mas violencia.