El reto de las ciudades colombianas para mejorar la calidad de vida
Colombia ocupa el puesto 67 en el ranking que mide la calidad de vida de los países, y la quinta posición entre las naciones de América del Sur. Si se miran los indicadores de manera desagregada, el poder adquisitivo del país es casi el peor de la región (25,34), solamente por encima de Brasil. Esto refleja una realidad que todos los colombianos conocemos: la calidad de vida en el país aún tiene mucho por mejorar.
En este contexto, las ciudades colombianas enfrentan un gran reto para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. La pandemia hizo retroceder el gran paso que ya veníamos dando por aproximadamente 20 años, en los que veíamos una mejora sistemática de todos los indicadores. Sin embargo, esto no significa que debamos rendirnos, al contrario, es el momento de buscar nuevas formas de abordar los desafíos y trabajar juntos para lograr un cambio significativo.
Entre los factores que influyen en la calidad de vida, se encuentran la seguridad, el acceso a la atención médica, la calidad de los alimentos y bebidas, acceso a la educación y la calidad de las avenidas y el transporte público. Para mejorar estos aspectos, es importante que las ciudades colombianas se enfoquen en fomentar el desarrollo económico y social, así como en invertir en infraestructura y servicios públicos.
Es fundamental que las ciudades trabajen en dinamizar lasoportunidades laborales para que las personas puedan tener acceso a un ingreso digno y satisfacer sus necesidades básicas. También es importante invertir en servicios de salud de calidad y en la educación, para que la población pueda acceder a servicios básicos que les permitan mejorar su calidad de vida.
Otro aspecto clave para mejorar la calidad de vida en las ciudades colombianas es garantizar la seguridad de sus habitantes. La violencia y la delincuencia son un problema que afecta a muchas ciudades del país y que tiene un impacto directo en la calidad de vida de las personas. Es necesario que se implementen políticas públicas efectivas para reducir la violencia y garantizar la seguridad en las calles y hogares de los territorios.
Por último, es importante aumentar la inversión en infraestructura y servicios públicos para reducir los niveles de estrés y contaminación. Esto incluye la mejora de las vías y el transporte, así como el suministro de agua y energía eléctrica de calidad. También es importante que las ciudades promuevan el desarrollo de espacios públicos, como parques y plazas, para que la población tenga acceso a lugares donde puedan recrearse y disfrutar de su tiempo libre.