La fuerza de los hechos
A lo largo de mis columnas he querido siempre dejar un mensaje, una instrucción, un consejo que sirva como orientación a aquellas personas, profesionales o gobernantes que quieran acogerlos. Todos somos el resultado de las vivencias, del contexto social en el que nos levantamos, de la formación como personas, de la formación académica, pero sobre todo, somos lo que hacemos, las realidades, somos nuestras realizaciones, lo tangible, la fuerza de los hechos.
En nuestro país en alguna época los grandes oradores eran las figuras mas notorias de la vida política nacional, casi que con solo eso, avanzaban a los cargos importantes, sin embargo, las circunstancias sociales, de violencia y de abandono del estado, fueron creando una desconfianza enorme en los ciudadanos sobre quienes ostentaban los escenarios de poder, un claro ejemplo de violencia y abandono del estado se vivió durante décadas en el sur del Tolima. A quienes les “tocaba” velar por la seguridad como valor de la democracia en esta región, no lo hicieron, menos lo hicieron con aquellos temas, que significaban luchar contra la pobreza, la inequidad y por supuesto la productividad y la competitividad.
Recobrar la confianza fue un gran reto que emprendimos y logramos, con las realidades, todo ello enmarcado en los sanos preceptos de estar cercano a los ciudadanos, respetarlos y trabajar incansablemente por sus necesidades, sus sueños y sus anhelos. Inversiones durante varios años en cientos de kilómetros de vías, obras, educación, salud y desarrollo economico en esta región, hoy nos muestran sus frutos. Por ejemplo como se hizo en Ataco, Planadas, Chaparral, el fin de semana pasado se inauguró la obra que iniciamos ubicada en Rioblanco que conecta el corregimiento de Herrera – Palonegro – Los Guayabos, 7.73km de vía, que mejorara la calidad de vida de los habitantes de esta región, que recibió los primeros tiros de metralla en el año 1956 y durante mas de 6 décadas permaneció sumida en la violencia y el abandono.
Los ciudadanos hoy siguen reclamando ejecutorias, realidades, en el HACER esta la única forma, que reivindica el sufrimiento de tantos años de discursos, de engaños y de abandono, ya la fuerza de la palabra no es suficiente, se necesita sin duda la fuerza de los hechos, la única fuerza en la que creen los ciudadanos.